Novela coral que presenta a cuatro adultos en
torno a los cuarenta años con empleos precarios y salarios modestos
compartiendo piso como una forma de sobrevivir en la ciudad. Compañeros que se
convierten en amigos y que forman una familia más o menos elegida aunque no
parental y que valoran la casa como refugio colectivo en el que funciona la
solidaridad.
Uno de los protagonistas ha desaparecido, el resto sabe que es una
huída, pues su inestabilidad personal, añadida a la larga duración de su
situación de paro laboral así lo indica. Comienzan las dudas sobre que hacer:
buscarla o espera, reflejadas en sus propias inquietudes, miedos laborales y
vitales, pues se ha roto el refugio que mantenía unida las inestables vidas del
resto de protagonistas y que mantenía viva su lucha contra un mundo laboral
inhumano, injusto y desigual que critican desde el activismo práctico
concretado en el sindicalismo o desde el activismo teórico menos concreto.
Crítica social lanzada desde realidades particulares apoyadas en lazos
colectivos, con la pandemia como telón de fondo, pero sin justificar con ello
el drama en que vive buena parte de la población, sino como agravante del
mismo. La autora por momentos se adentra en los terrenos del ensayo político
cuando sus personajes monologan consigo mismos o dialogan entre sí, en una
trama de denuncia política desde la naturalidad de la realidad humana.
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