Ocho
profundos y crudos relatos, narrados eso si con delicadeza, muestra la supervivencia
y soledad de unos personajes que se desplazan sin aparente rumbo fijo, entre
distintos continentes, países y ciudades. De América a Asia pasando por Europa de
Seattle a Bali pasando por Roma o París. Lugares que marcan más allá de lo
meramente geográfico un figurado rumbo en la desorientación vital de sus
protagonistas, induciéndoles a actuar y adoptar decisiones en una forma u otra.
Protagonistas que exponen sus emociones mitigadas… hasta que estallan de
repente para sorpresa de un lector que se topa de bruces con la intimidad
de éstos… en el sexo descarnado, la dependencia obsesiva o el deseo incierto de
unos hombres y mujeres siempre aislados, aún cuando la muchedumbre de las
turísticas ciudades por las que transitan les rodee. Una mezcla de ficción y realismo cuya balanza se
desequilibra ante la segunda opción, aunque la duda se mantenga.
Personajes
capaces de reflejar o al menos dejar que se intuya, una vida entera, mostrando
solamente un episodio de la misma. Para ello utiliza una prosa lírica con la
que matiza el tono directo de un lenguaje duro con un ambiente de cierta fría
irrealidad, aun cuando los lugares sean concretos y reales.
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