Si en su anterior trabajo ‘Nueva dimensión
vital’ el supergrupo que nació de la unión de Arizona Baby y Los Cornoas sorprendió con una
propuesta de rock un tano frío y futurista, en esta tercera entrega vuelven, ya
sin Fernando Pardo, a las sendas del rock corpóreo. Eso sí, tanto en un disco
como en otro, las canciones mandan, y es en ellas donde, preferencias de sonido
al margen, el quinteto se hace fuerte.
El rocoso soporte instrumental está
sobradamente acreditado en una colección de canciones de las cuales siete de
ellas han ido apareciendo –ahora esto va así– durante todo el año. Será por ello que desde
el inicial riff a lo AC/DC «Nubes
Negras» y a lo Who «No soy yo» hasta el último punteo de psicodelia biteliana
«Perdido en la Galaxia», se cuelen combinaciones de rock fronterizo «Lo intenté»,
country «El tiempo pasará», pop sixtie «Amarcord», glamuroso rock «Brindo por
ti» o progresivo «Ilumíname» con Depedro como coautor y en la voz… envuelto
todo en nítido y potente sonido.
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