De forma poco exhaustiva comenzamos este repaso con lo que pudimos ver el viernes. Había ganas pero por lo temprano de la hora para otro momento quedan The Sunday Drivers, Badly Drawn Boy y Soulsavers & Mark Lanegan, así que nos vamos directos a la actuación de los reaparecidos The Jesus and Mary Chain. Buena actuación para los fieles aunque sin sobresaltos ni sorpresas, los hermanos Reid, cara y cruz, mejor William muy centrado en la guitarra que Jim en la voz, demasiado distante y un tanto apático aunque siempre ha sido así no hay nada nuevo en ello. Vibrantes cuando tocaron los viejos temas de "Psychocandy" y sobre todo "Darklands", también cuando sonó "Crackin up" aunque también hubo momentos intrascendentes y algún bajón como la esperadísima "Just like honey" que no estuvo a la altura. En definitiva una digna actuación con grandes momentos pues buenas canciones no les faltan.
Despúes, el dúo francés Air. Poco ofreció esta banda cuyos mejores momentos fueron otros y que, salvo cuando rescataron canciones de su primer disco: "La Femme d'argent" o "Sexy boy", se movieron por terrenos previsibles y aburridos.
Mucho mejor Kaiser Chief aunque los de Leed lo tienen más fácil, pues son por su actitud (no paró Rickie Willson de moverse por el escenmario) y guitarreo gamberro, carne de disfrute festivalero. Salieron a por todas y con todos los "hits" reconocibles de su primer disco "Employment" desde el inicio. Veinte minutos de infarto, después aflojaron el acelerador con canciones más elaboradas aunque menos efectivas en escenario grande. Grata sorpresa.
De madrugada y en una de las carpas, aparecieron !!! con una carga aun mayor de electrónica y voces que no se pudieron apreciar bien, y es que las carpas ... Funcionaron mejor las canciones de su disco "Louded up now"
La jornada del sábado comienza con decepción, pues lo más esperado del festival, P.J. Harvey actúa en una carpa en la que respirar se hacía difícil debido a la acumulación de personas que allí había. Tratando de aguantar lo posible, después de cuatro canciones, el físico no responde, así que no queda otra que abandonar en retirada junto a muchísimo público decepcionado por no poder ver a la diva. A algunos la decepción les llegó por ver a Polly Jean sin banda, sólo ella alternando guitarra y piano. A otros la decepción fue simplemente por no poder verla en condiciones, lo de las carpas en los festivales se hace imposible. Aun ella sóla hubiera llenado con su frágil figura alguno de los escenarios grandes.
Cambio forzoso de planes ... y acierto. Phoenix desde el escenario grande, ofrecieron una intensa descarga de melodías de guitarra bailables y tarareables, Thomas Mars se creció en el escenario y se mostró pletórico cantando alguna canción sostenido por el público de las primeras filas. El escenario grande no estaba tan lleno como la carpa aunque los franceses aprovecharon su momento y sorprendieron.
Algo después en el otro escenario grande, aparece Wayne Coine dentro de una enorme burbuja transparente. Comienza el espectáculo que no por menos conocido deja de ser efectivo, The Flaming Lips entre audiovisuales, confetis, bolas gigantes y disfraces no se olvidan de las canciones y aunque su cantante no tuvo un día afortunado con la voz y o parlanchín en exceso, la diversión estaba asegurada. En algunos momentos es cierto que primo más el espectáculo que la propia música, pero un un festival como este hay que aprovechar la infraestructura. Se agradece además dejarse llevar por una fiesta de luz y color.
No defraudaron Arcade Fire, con una escenografía cuidadísima, parecía un teatro, fueron de los más esperados y aplaudidos. Los músicos se iban pasando los instrumentos, sobre todo Regine Chassagne, y aunque el sonido no acompañó su actuación se ciñó a lo esperado, no hubo sorpresas, pero las canciones de sus dos discos llegaron al público.
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