Arrogante y provocativa se presentaba Texas Terri en su nueva visita a la ciudad, aunque a la vez comunicativa y cómplice con un público en el que destacaban algunas míticas crestas punk y bastante... ¡ gente joven ! La excusa del nuevo disco "Sex and violence" apenas importaba, pues los directos de esta autentica "destroy woman" justifican por si solos la asistencia, más aun si la banda que le acompaña derrocha solvencia y actitud como era el caso.
No sólo imagen y actitud, sino buen punk rock garajero de raíces setenteras vía Detroit, hicieron que su actuación se convirtiera en una especie de eficaz máquina del tiempo a las cavernas del protopunk americano vía The Stooges y MC5 aunque con recuerdos del punk británico más ácido. Una mezcla de sudor, pogo y decibelios entre las que se colaban las insistentes y constantes proclamas callejeras sobre el fondo de una machacona banda da de guitarra-bajo-batería.
No paró ni un momento de moverse, provocar y gesticular, con pocos momentos de tregua y enlazando sin descanso unos temas con otros. Destacaron los del disco que la dio a conocer en el 2000 "Eat shit" y sobre todo una muy buena versión del "Jumping Jack Flash" stoniano, otra de los Sonics y para finalizar en plan delirio sónico la esperada aunque evidente "I wanna be your dog" emulando al Iggy Pop más cimbreante e inestable de los momentos salvajes. Crudeza y morbo sin ningún tipo de concesiones, creíble y convincente.
Como aperitivo aparecieron Subzero. Con la difícil tarea de hacer llevadera la espera, consiguieron con sus guitarras a lo Motorhead (como indicaban las pegatinas de sus guitarras), pasar un buen rato de rock a piñón fijo. Buenos momentos de guitarra y un cantante que cuando la voz se lo permitía estuvo a la altura. El tío se lo curro en cuanto a imagen, al aparecer totalmente pintado como un diablo y dejándose la piel en todas las canciones.
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