Aun siendo un disco de estreno, suenen maduras las canciones de este quinteto noruego. Nada de urgencias ni necesidad de presentar todo lo que se ha ido acumulando en ensayos anteriores. Diez canciones, más que suficientes en las que nos muestran una amplitud de sonidos más allá de la cómoda y multiutilizada etiqueta de marras, referida al sonido "americana".
El country y folk son los referentes básicos, aunque no en su versión árida, salvo en momentos, sino con toques de nostalgia y mucha melodía "As all those dance", "Carrie me" o "The fines wine" donde los matices de los muchos y sutiles arreglos de teclados, banjo, ukelele o pedal steel guitar, consiguen dar un aire de complicidad e intimismo a todo a las canciones.
Donde realmente destacan y ganan en personalidad es cuando suenan los riffs de guitarras y no se ciñen al guión. Sobresaliente inicio con "Old hotel" y "Heavy metal", lo mejor del disco, donde las guitarras suenan limpias y luminosas, cual brillante costa californiana... ¡ pero si son de Oslo ! Miran también de refilón al pop guitarrero de los 90' con toques The Lemonhead en "Still in June" y... "The Breeders" (curioso) en "Weather will change", en las que los arreglos citados consiguen darle un nuevo aire a las guitarras enérgicas. También aparecen guitarras ásperas y algo "grunges" al final del disco.
Avalados por Mark Olson (ex The Jayhawks), que ha escrito un bonito prólogo con mención a Hank Williams y con el que Alexander Lindbäck (voz y guitarra) tiene otros proyectos, Seven Doors Hotel, rompen con el tópico de la "escandinavia stoner y garajera", por no hablar de géneros metálicos y oscuros, y es que hasta en las fotos irradian luz estos chicos.
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