Sin decir nada a nadie, pues los prejuicios están a la orden del día en
una sociedad castradora donde la mujer no importa, intentará por todos los
medios interrumpir el embarazo. Anne se siente aislada, rechazada y totalmente desamparada cuando
intenta buscar ayuda, intentando romper con las imposiciones de una sociedad
opresiva… que cala en el espectador a través de la mirada de la protagonista
que refleja sin necesidad de palabras la angustia de la joven.
Una película que según avanza va endureciendo su discurso fílmico, pues
con la cámara en mano o en planos secuencia, algunas escenas se presentan en su
versión más cruda, alejándose de un inicial tono neutro. Algunas escenas se
muestran crudas, en algún momento excesivas, pues la verisimilitud y la empatía
hacia la protagonista, se consigue mostrando la historia con trazaos realista y
sin sensiblerías.
Dura e incómoda por momentos, se focalizada excesivamente en el
personaje de Anne, solo al inicio de la cinta se tocan tangencialmente
contextos sociales en torno al duro episodio que tiene que soportar la
protagonistas, pero según se cierra la trama sobre ella misma, se va haciendo
un tanto asfixiante y claustrofóbica… quizás sea esa la intención de su
directora, unifocalizar en el dolor y sufrimientos del personaje, al margen de
distracciones.
Por temática recuerda a otras películas como "4 meses, 3 semanas y
2 días" película rumana dirigida por Cristian Mungiu
en 2007, en este caso con los contextos sociales más presentes o la presentada
el pasado año en esta sección "Nunca, casi nunca, a veces, siempre"
película norteamericana dirigida por Eliza Hittman en 2020.
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