12 marzo 2022

Licorice Pizza - PAUL THOMAS ANDERSON (Ghoulardi Film Company, Bron Studios, Focus Features) Publicada en la web Rock and Roll Army

Película que nara en la California de los años 70’ la relación de un chico de quince años Gary interpretado por Cooper Hoffman (hijo del ya desaparecido actor Philip Seymour Hoffman) y una joven veinteañera Alana interpretada por Alana Haim (miembro del grupo de pop-rock Haim, banda a quien el director grabó algunos videos). Una relación ambigua ente la amistad y el amor que la hace la historia interesante, sobre todo por el trabajo interpretativo de ambos personajes que curiosamente se estrenan en la pantalla grande. 
 
Engancha en su inicio además por los personajes, por la forma de narrar la historia: directa y sin flasback con planos secuencias y primerísimos planos que consiguen mete al espectador en la escena y en la trama, una luz y un color atrayente y cálido, además de una banda sonora infalible en el contexto de la costa oeste norteamericana de inicios de los 70’. Anderson atrapa en una primiera media hora con estos ingredientes, pues maneja perfectamente el lenguaje técnico al servicio de su estilo, pero…
 
…según avanza el metraje, las diferentes tramas y episodios: un negocio de camas de agua, otro de maquinas de pimball o la campaña electoral de un candidato a alcalde de la ciudad se suceden atropelladamente, sin que la relación entre ambos personajes vaya hacía ningún lado, mostrando la cinta más interés por hechos tangenciales que por la relación de los personajes en sí. Se extiende el metraje además en situaciones estrambóticas e intrascendentales para la historia, puede que divertidas... o no del todo, pero como mera anécdota: Sean Penn y Tom Waits aparecen histriónicos en una sobrada escena simplemente para lucimiento personal.
 
Tampoco aporta mucho el contexto político social del momento. La crisis del petróleo de 1973, aunque bien documentado y con imagines reales valorables, parece más una excusa para justificar las gamberras situaciones vividas por la pareja, que para aportar luz a la relación de ambos, perdiéndose en el género de aventuras que no parece venir mucho a cuento en esta historia.
 
La cinta se recrea tanto en si misma que parece estar rodada con retales de muchas otras películas de adolescentes como American Pie o la reconocida por su director como influencia American Graffity y se extiende hasta llegar incluso llegar a aburrir en algún momento. Oportunidad perdida la de esta aclamada película.

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