
Ya desde la portada (parece una de las múltiples que pueblan los expositores giratorios de los bares de carretera), divertida pero arriesgada, nos muestra sus intenciones. Canciones directas y más accesibles que nunca. Accesibilidad entendida como sencillez y sencillez entendida como forma de recrear un mundo sonoro personal y no fácil a veces mostrar. Me explico, ¿es posible conjugar sencillez y experimentación en una canción? Si ¡¡¡ Remate lo logra !!! a base de estructurar canciones sencillas con arreglos y sonidos poco habituales.
A veces los árboles no nos dejan ver el bosque (¿tendrán algo que ver esas ramas tras de él en la foto?): "Rise and Shine", "Dead and and alive hole", "Perfectly Amazing" o "Birth mark" nos presentan un muestrario minimalista de platillos ruidosos, pianos machacones y saltarines (casi de juguete) y arreglos circenses. Sonidos progresivos rotos por la voz de Remate y los coros de Muni Camón, muy presentes en todo el disco y que en ocasiones marcan bastante la estructura de la canción.
Otras veces vemos claramente hasta las raíces de los árboles: "An eye in the forehead" es un inspirado comienzo de disco, en el que los acordes básicos de guitarra se inspiran en Lou Reed (por más empeño que hay en acercarle a Bowie y el glam...). "Pounds of purple water", "Down to earth" o "Happy ending" se muestran más desnudas, con acústica y pianos recreando sutileza folk, country poco denso y psicodelia leve.
Pues eso, que no solo experimenta felizmente con la sencillez, sino que juguetea con ella y de forma natural inventa, como en la disfrutable "Unharmed" una bossanova-pop-psicodélica (con tarareo), cantada a lo Dylan. Para recrearse y para todos los públicos
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