Solo en el escenario, sin artificio alguno fue llenado el espacio con su voz templada y la fuerte presencia de su acústica electrificada, desgranando un reconocibles sonido folk atemporal con regusto country más algún aderezo de estribillo pop en canciones como "Poison cup", "Fuel fire", "Eyes on the prize", "Chineses traslation", "Rollecoaster"... canciones que sonaron íntimas, pero en las que se echo de menos la riqueza de matices que aporta la banda al completo. Canciones hubo para dar tomar en un repertorio rico en emociones y el californiano las defendió con solvencia, pero... según se fue alargando la actuación, el efecto se fue diluyendo, a pesar de los esfuerzos del solitario artista por introducir comentarios, chapurrear en español y mostrar su simpatía y eterna sonrisa, y es que en las distancias cortas sabe... y supo manejarse.
El solitario segundo pie de micro que flanqueaba a Mathew, fue ocupada por una vocalista amiga de estupenda voz, pero faltaba algo... que logró rozó en los bises con "Never had nobody like you" y "For the beginners" con un público participativo y con ganas, que en general salió satisfecho de esta íntima sesión de intachable sonido, cancionero, ambiente y escenario, pero que en esta ocasión...
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