Los rumores se confirman y tras la instantánea y sorpresiva marcha de tres de sus miembros, los de Philadelphia se presentan con nueva banda. Con apenas un mes de rodaje y... con una guitarra menos, la de Adam Garbinski que cubría perfectamente a Dave y Serge en sus peripecias por el escenario. Serge se tiene ahora que multiplicar en cubrir a Dave y este tiene poco tiempo para alardes que no sean los de su instrumento. Se hecha mucho en falta, sobre todo en algunas canciones como "Point Breeze" que no tuvo nada que ver a la del pasado año (momento sublime con los Bielanko y Garbinski apretados en un lateral del escenario arañando a cual más rabioso las cuerdas de sus guitarras).
No justamente valorado, Adam era una pieza importante en el sonido de la banda. Jhonny Pisano en el bajo es la antítesis de Kirk Henderson, quizás por la falta de Garbinski, sus líneas de bajo se muestran en ocasiones en un primer plano un tanto excesivo. Me quedo con la anterior sobriedad al servicio de las guitarras. De todos modos el directo de la banda no se resintió. El que escribe los ha visto ya muchas veces y afina demasiado, los que se estrenaban estaban encantados, así que la unanimidad no se rompe con respaecto a sus directos.
En Joy Eslava, desastroso comienzo por un sonido infame, bajos y batería retumbaban brutalmente sepultando guitarras, teclados y voces... ¡¡¡ Que frustración !!! escuchar sin poder disfrutar canciones como "Coughing up blue", "East" (la que más) o "Angels on a passsing train". Casi apunto de abandonar las primeras filas en busca de imposibles recovecos em busca de sonido, la cosa cambia, con "Dishwasher's dream" todo vuelve a lo recordado. Las guitarras se imponen y el teclado comienza a ganar presencia, sobre todo en "City of dream" que en directo toma nuevas y aun más emocionantes dimensiones.
En "Dishwasher's dream" no por menos conocido dejo de ser igual o más divertido el show que se monta Serge, recitando (más que cantando) e interpretando muy metido en su papel esta canción entre el público. En Bilbao (a hombros), más vistoso de nuevo que en Madrid. Cada vez son más excitatnes los momentos en que Serge toma las riendas del concierto y se entrega entre sonidos de armónica y humo, como así demostró también en "Walt Whiltman bridge" memorable cierre en Madrid.
Dave se mostró entusianta, como siempre, con sus habituales pintas (gorro ruso y cazadora al borde de la asfixia y botas) no paró haciendo gestos y ademanes al público para que se animara, se le ve cómodo aun cuando también se le nota más centrado en su guitarra. Cristine Smith con el teclado tiene mucha presencia en algunas canciones, lastima que el algunas partes de ambos conciertos no acabse de orise bien del todo.
Del repertorio presentaron bastantes de su último disco, las más exitosas hasta el momento "Coughing up blue", "Angels on a passsing train", "Angel of destruction"o " Santos de madera", pero me sorprendieron muy gratamente otras como "Can't take it with yo... y "Songbird" que salieron muy reforzadas en directo y sobre todo "Wilderness" con la que cerraron (antes de los bises) y que alargaron parando y retomando hasta tres veces, con los Bielanko en estado de complice paroxismo. ¿Quién dijo que este era un disco menor?
No se olvidaron del anterior disco, sobre todo en Madrid pues el minutaje se alargó más que en Bilbao, aunque hubo cambios: "The demon in white sadness" en la Joy , "The closer" en el Antxokia y "Sooner or later" en ambas que fue la gran vitoreada al comenzar con ella los bises. De sus clásicas, "East" la pudimos disfrutar en Bilbao pues durante toda la actuación (salvo lo comentado con el teclado) se mantuvo un buen sonido, Point Bereeze, sono bien pero... mucho mejor "Round eyes blue" una especie de himno en medio tiempo que nunca falla.
No se olvidaron, como no, de la versiones, en esta ocasión una lucida New York, New York, de Sinatra, que en Madrid sirvió para recuperar hacia mitad de la actuación y en Bilbao sirvió de despedida. Marah siguen creciendo, por sus conciertos, por sus discos, pero no por las hastiantes referencias a Sprignsteen y Nick Horby de la que tanto abusa la prensa acomodada.
Como teloneros, oficiaron Deadstring Brothers, una grata sorpresa desde Detroit que anotamos ¡¡¡ desde ya !!! para verles como protagonistas. La gente quería más aun sabiendo lo que venía después. No inventan nada pero su sonido, unas veces más soul (cuando canta Masha) otras más rithm&blues (cuando lo hace y Kurt Marschke), se hace personal y resulta arrollador. Dos chorretones de voz que aullan entre el peedal steel, teclados y riffs de guitarra "stonianos".
1 comentario:
Sí señor, en la brecha. Me alegro que sigas dándole cancha a la música. Ultimamente hasta me suenan los grupos de los que hablas (Nada Surf, etc) porque escucho a Julio Ruiz en Radio 3 por las tardes... ya ves, a mis años.
Saludos, Carneburro.
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