Llenazo para escuchar las nuevas canciones que aparecen en el esperado segundo disco de Josele Santiago, "Garabatos" que confirma las unánimes excelencias dichas y escritas sobre "Las golondrinas etcétera", su imprescindible estreno en solitario, tras la desaparición de Los Enemigos.
Actuación con dos partes bien diferenciadas. Primera media hora larga con las canciones del último disco, después y como se encargo de recordar el "maestro", como no sólo era la prensa canalla la que allí se reunió sino qué el llenazo se produjo por aplastgante mayoría de público de pago, continuó con buena parte de las del primer disco y algunas sorpresas. Un concierto en toda regla vamos, que se acercó a las dos horas.
En la primera parte predominio de canciones fieles a las que aparecen en el disco, pues aunque la banda sea la habitual habrá que rodarlas. Cabaretera "Baile de peces" y vacilona "Pensando no se llega a ná" recuerdan a las coplas que antaño y en tono de blues hacían "Los Enemigos" aun con Artemio en sus filas, aunque ¡ claro ! ahora despojadas de guitarras y con acertados arreglo como en "Santo de nadie" donde revolotean los teclados.
Muy buenos medios tiempos, donde Josele gana enteros, resueltos en medidos arreglos de los violonchelo y vibrantes acústicas como en "Las cosas fingen" y "Garabatos". Rotundas plegarias con toque castizo: al vino, la noche, los momentos y sensaciones cotidianas. Aquí se crece Josele, más que como cantante, como intérprete (con una voz cazallera cada vez más personal), demostrando un camino difícil de seguir (comparaciones a crooners sagrados ¿Tom Waits?) pero del que sale efectivo por carisma natural y esfuerzo. Impresionó "Farol" concentrado en la canción sin la atadura de la acústica, con final en irónica y sublime hermandad y emocionaron en su sencillez "En tu estampa" y "Luna nueva".
En la segunda parte, tras descanso de los músicos como en las bandas de pueblo que decía Josele, canciones de "Las golondrinas etcétera". Aun cuando la acústica seguía sonando, la actuación se tensó hacía sonidos más guitarreros como en "Tragon" y "Ole Papa" con un sorprendente final guitarrero a lo Chuck Berry no habitual. Los teclados se hicieron menos sutiles y llenaron más espacio, al igual que la guitarra slide de Pablo Novoa. Desapareció el violonchelo. No faltaron "Mierda de Mago" y "Mi prima y sus pinceles" siempre efectivas por sus melodías y letras.
Hubo tercera parte, donde se desató Josele y toda la banda como una auténtica banda de rock & roll, con lucimiento personal de instrumentos y en apoteosis guitarrera en "Rompes mi canción" y "Walking the dog" versión de Rufus Thomas. Tras un concierto de canciones precisas y contenidas se desató al final el terremoto, quizás como rescoldo de las incendiarias series de actuaciones que, semanas antes los primeros "Enemigos" ofrecieron para celebrar los 20 años de le edición del mítico primer disco "Ferpectamente" Más ingenioso, parlanchín y original entre canciones incluso que lo habitual ¡ más majo que la ostia ! como el disco y la actuación.
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