19 noviembre 2005

EDUARDO HARO IBARS: Los pasos del caido - J. Benito Fernández (Anagrama)

Cuenta J. Benito Fernández que esta minuciosa y rigurosísima biografía, complementa la escrita por él mismo en 1999 sobre Leopoldo María Panero "El contorno del abismo" cerrando así el círculo de los poetas transgresores y malditos. Dos figuras que vivieron la literatura de forma diferente pero con el rasgo común de implicarse hasta hacer de ella una forma de vida al límite, uno desde la cordura, E. Haro Ibars, muerto, otro desde la locura L.M. Panero, sobreviviendo en los manicomios. 

Haro Ibars (1948-1988) a caballo entre la generación de poetas de la generación de postguerra (paso temporadas con V. Crémer en León) y la Movida de los 80' y coetáneo de los novísimos de los 60' hizo que su vida, más que su obra, fuera su legado literario. 

Durante las negras décadas de la España franquista (paso cuatro meses de cárcel tras aplicársele la ley de vagos y maleantes) fue ya en esos momentos pionero de casi todo: de las drogas (Romilar D, dormidina, y demás sustancias de venta en farmacia), de la homosexual (fundador del Frente Homosexual Accion Revolucionaria el era bisexual), de la automarginalidad por convencimiento y la provocación consciente y casi constante (lo mismo hacía el saludo franquista en conciertos de la universidad que cantaba la internacional en bares llenos de fascistas), de los freak castizos a la vez que impulsores de la modernidad... 

Hijo del recientemente fallecido periodista y crítico teatral Eduardo Haro Tecglen, pasó su adolescencia en el Tanger de los años 60' que aun era un protectorado internacional, refugio de beatnicks y literatos varios (Burrough, Bowles, ...) El contacto con este ambiente de libertad unido a sus inquietudes literarias (tempranas, desde niño lector empedernido y grafómano decáa su padre) y todo lo que tuviera que ver con el surrealismo, ocultismo y vampirismo entre otras obsesiones. 

Periodista (columnista de Triunfo cuando le dejan), ensayista ("Gay Rock" fue referencia para gente como Alaska o Gurruchaga), traductor (mediocre según el mismo de su idolatrado Lovecraft) poeta (disperso aunque elogiado y vilipendiado a la vez) siempre ligado a la música: letrista de la "Orquesta Mondragón", colaborador y mentor de unos jovencísimos Jaime Urrutia y Ferni Presas antes de "Gabinete Galigari" y cercano a "Burning" y a Fernando Márquez "El Zurdo" fue proclamada como el poeta de la Movida y aun cuando fue promotor de la modernidad, ya por entonces adelantándose de nuevo, proclamaba que aquello estaba ya muerto, asimilado por la máquina de poder. 

Ante la modernez (que no modernidad) inocua, centraría sus últimas energías en colaborar con publicaciones troskistas y la oposición a la OTAN cuando ya el alcohol, la heroína y el reciente sida le retiraron de la vida pública, como muchos de su generación que vivieron la vanguardía de forma voraz hasta la autodestrucción. 

Jugoso en anécdotas (escabrosas muchas pero contrastadas todas) sobre todo en el Madrid de los 80' frívolo y libertario en el que los excesos de una ya castigado Haro Ibars comenzaban a ser notorios, lo más interesante, por desconocido o remoto es la vida de esos freaks que en los 50' vivan al margen. Sorprende descubrir un Madrid oculto de gays y boites hasta el amanecer, drogas y excesos.

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