Con
puntualidad absoluta y en un reducido, pero acogedor escenario elevado a pocos
centímetros del suelo, el trío angelino presentó las canciones de su reciente
tercer trabajo DOGGOD (Suicide
Squeeze, 2025) título que fusiona las palabras perro y Dios, relacionando la
sumisión con lo divino… como quedó reflejado en esta introspectiva liturgia en
la que el misterio y la evocación sonora planeó como una alargada sombra sobre el
inclasificable público: rockerío habitual de las primeras filas, jovencísimas
engalanadas para la ocasión, algunos pelos largos de chupa vaquera…
Apoyadas
con una guitarra más, que se ocupó también de los teclados, comenzaron con un
adictivo mantra aflamencado «Dark Horse» que en la siguiente «Kiss Me Deep» evolucionó hacía sonidos más oscuros y orientalízantes, melodías que en la arrastrada voz de Sade Sanchez, a caballo
entre Hope Sandoval y Courtney Love, entraban como dulce veneno. Transitaron
paulatinamente hacia un sonido más progresivo y trotón con Ellie English
marcando vibrantes y ¡bailables! ritmos con su básica batería, creciéndose en
nuevas canciones como «Eyes Of Love» o la que da título al citado disco… hasta
el primer punto álgido de la noche, la psicodélica y desatada «I Wanna Lose», con las
guitarras distorsionando de lo lindo.
Otro
momento para dejarse llevar por las trepidantes corrientes del post-punk
progresivo y expansivo, tuvo lugar cuando sonó
«777» los riffs se tiñeron
ácidos entre los adictivos e hipnóticos bajos de Irita Pai, mientras la batería
parecía guiñarle el ojo a Moe Tucker. Rescataron un par de canciones de su
estreno discográfico «True
Belivers»
y «Baby In
Blue Jean»
en las que mostraron su capacidad para acercarse al punk más experimental y… a
stoner fronterizo, denso pero melódico, como si fuera Molly Hamilton
(Widowspeak) quien estuviera a lomos del micro, para finalizar en orgiástico
viaje instrumental con la apocalíptica «Get Lost» y en el bis un intrigante y evocador «SOS»
con el que se despidieron tras algo más de una hora en la que expandieron su
sonido , pero a la vez… extrañamente, se encerraban en sus propios instrumentos.
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