Todo vendido en la nueva visita de los hermanos
Dickinson, que en formato trío presentaron su recientísimo nuevo trabajo Still Shakin’ (New West). No fue en todo caso el disco protagonista de
la noche, pues tienen reportorio para dar y tomar, además de las variaciones
que proponen de sus viejas canciones. Puntuales y a hora temprana para
aprovechar bien el tiempo y los límites horarios –se extendieron generosos
hasta las dos horas de actuación- ofrecieron sugestivo recorrido por las sendas
del más pantanoso blues, pero ejecutado como si de una banda de jazz se
tratara, para conseguir sonar primitivos pero no añejos, recogiendo la esencia
para servirla envuelta en un eco actualizado, aunque arreglada con un barniz
hillbilly, funky y space-rock con desarrollos instrumentales más o menos
extensos en los que la guitarra de Luther fluía libre como cual lisérgica jam-blues.
Mientras Cody en la batería se marcó algunos solos muy
jazzeros y con la tabla de lavar electrificada logró, con Luther en la batería,
montarse una tribal rave discotequera de rítmico contundente y repetitivo, para
volver al orden, si es que lo hubo en algún momentos de esta hipnótica y expansiva
noche actualizando como es habitual a R.L. Burnside, «Po Black
Maddie» y en un bis aleccionador a Robert Johnson: «Preachin’
Blues» que han grabado de nuevo para incluir en su
citada última grabación, Junior Kimbrough «Lord Have Mercy» y Buba White
«Shake ‘Em On down» para acabar con
Mississippi Fred McDowel «Back Back Train»
en una sorpresiva último capítulo del repoker de ases del blues que
pillo a algunos ya en la calle. El blues de estos tipos es el suyo, el del
ahora… que es el de siempre sonando como nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario