Película
basada en la novela gráfica de Paco Roca del mismo nombre en el que dos
hermanos y una hermana junto a sus parejas e hijas se reúnen en la casa en la
que pasaron sus veranos de infancia para
decidir sobre la misma tras un año en desuso una vez fallecido el padre. Es una
recreación fiel a la obra original, pues aunque hay escenas propias del guion
cinematográfico, en ella se pueden apreciar mínimos detalles que aparecen con
precisión en las viñetas, y sobre todo mantiene además la cadencia pausada y el
ritmo templado de sus páginas, incluso en los momentos en los que estallan las
tormentas personales.
Es además una sensible y creíble muestra del duelo, en el
que caben momentos para la tristeza, la alegría, los enfados y reproches de
unos personajes con los que el público logra empatizar gracias a la utilización
del recuerdo individual de la figura del padre, mostrado solapando el presente
con el pasado a la vez que utilizando la voz en off de cada personaje y el uso
de la imagen Super 8. El diálogo fluye con fuerza entre los personajes de este
sutil rompecabezas de la memoria, junto a la propia casa, el patio y su higuera
como protagonistas mudos que observan que todo pasa y nada queda, que todo
cambia deprisa, salvo estos inanimados espacios que lo hacen… más despacio.
