Foto: Salomé Sagüillo |
El neoyorkino de origen cubano Walter Salas-Humara derrochó simpatía y sincera cercanía en la noche en la que celebró el trigésimo quinto aniversario de Cuba, el segundo disco de The Silos que en 1985 formó junto a Bob Rupe. Walter hace tiempo que mantiene activa la banda con diferentes miembros, alternándola con su proyecto en solitario. En la pequeña pero adecuada y bien sonoriza sala de la calle San Dimas (lástima que no hubiera público para un escenario mayor), fueron apareciendo en orden cronológico las canciones del disco a celebrar, excepto «Memories» ¿quizás porque no llevó teclista?
Canciones que sonaron más aguerridas que
en la versión de estudio, aunque sin perder esa cadencia tan particular que
imprime Walter a su repertorio… y es que sin formar parte de ninguna escena,
estuvo en todas ellas incluso antes de crearse: nuevo rock americano, posterior
americana cuando no existía el término, el folk alternativo e incluso atisbos
de grunge.
Enérgica por tanto sonaron de inicio «Tennesse fire» y «She lives up the street»
sencillas y acogedoras «For always» y sobre todo «Margaret» y desatadas en las
guitarras en algo menos de hora y media Just
this morning» y «Marys
getting married» que sonaron a los primeros REM.
Presentó «Going round» como una de las primeras canciones que escribió para volver al nervio
eléctrico de «It’s alright» y la muy celebrada «All falls away». Perfecto sonido en el que mucho tuvo
que ver el buen hacer en la guitarra del texano de San Antonio José Reyes y el
bajo del madrileño mallorquín Ángel
Cubero (un clásico que nunca falla).
A continuación tres canciones de su
homónimo tercer disco de 1990, con el que nos fuimos al Caribe con la primera
de las presentadas en castellano «Porque no»
a la que siguieron «Comodoro Peter» y «I’m over you», para volver al presenté y defender algunas canciones de su reciente
disco, que sonaron animosas y con brío «My favourite animal», el single «Puede ser» y en tono más pausado «Dreaming of
Paris» que presentó como una canción para no ir a trabajar
(justo para una noche de domingo dijo alguien); y «Colorado river» con un
ligero aire country.
Algún clásico más de aire hispano «Sangre y lágrimas» ¡con solo de batería! por cortesía de Konrad Messner al
fnal! y «My big car» que enlazó
con una particular «Guantanamera», que dio paso a un divertido «Satallite» sin micro y probando coros con el respetable con el que
comenzó, en la recta final, a mostrar parte de su cancionero en solitario al margen de la banda: muy vacilona «Sea of Cortez» y positiva
sobre el poder de la comunidad «El camino de oro», para ya en los bises finalizar con el mismo espíritu con otro estreno «Love & trust and friends». Alguien pidió «All spring all summer», algún otro lo secundó, pero no
hubo guinda al pastel tras dos horas de una muy agradable y amistosa noche
entre músicos y público.
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