En tiempos en los que la guitarra cede terreno
como sondo favorito entre la juventud, aparece una escena revival de la que
este jovencísimo trío de chicas forma parte activa. Herederas de los 90’, sus
influencias beben tanto de la oscuridad del muro de sonido de ritmo denso como del
luminiscente pero sucio rock alternativo de guitarras, entre My Bloody
Valentine y Sonic Youth, de hecho Lee Ranaldo y Steve Shelley colaboran en el
alborozado ritmo trotón de «Beatiful
Song» y en la escabrosa hipnosis melódica de «Billy» el epílogo del estreno en
disco de las de Chicago. Miran al pasado pero sin olvidar el presente.
«Anti-glory» con un riff pegadizo y un estribillo letal abre el disco como
correa de trasmisión entre los sonidos citados y el festivo hedonismo del rock contemporáneo.
Se atreven incluso –a pesar de su inexperiencia– a coquetear con breves
experimentos instrumentales… fallidos. Se agradece el intrépido intento, pero
donde funcionan es en la enérgica efervescencia de «Option 8»
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