Tras un parón de cuatro años provocado por sus labores maternales, la
francesa edita su quinto disco. La ex pareja de Dominique A nos presenta un
disco rebosante de teclados y arreglos electrónicos en diferentes formatos...
pero siempre al servicio de una voz sedosa y en equilibrio estable con el
resto de instrumentos. Transita por las sendas del pop menos convencional y... ¡ por supuesto ! sin esquivar la herencia de la "chanson" de su país, pero actualizándola con criterio.
Comienza el disco con "Bxl Bleutte" una melodía inspirada en
Bruselas la ciudad en la que habita, que juguetea minimalista con los arreglos,
evocando escenas circenses que se cubren de un tono que evoca a tiempo pasado
nada más parecer la melodía de voz. La batería va progresando convirtiendo la
evocación en leve estallido pop en su estribillo. Riqueza instrumental
milimetrada que también aparecen en"Marie-lise" para evocar paisajes de
arrabal urbano.
En "L'astronnome" las melodía se atenúa perezosa en goteo de
teclas que no llegan a despegar, recreando así estados entre la vigilia y el
sueño, apoyados por uno coros que nos alejan del presente. "La
goomme" suena más dura rítmicamente, aunque la voz de Françoiz equilibra
los tempos. "Warewolf" es una canción con la que hace equilibrios en
el alambre para no caer, en las que el paisaje se torna tétrico como en un
cuento de Poe (quizás por ello la canta en ingles). Tras dicha experiencia
""L'ennemi invisible" parece arrullarnos para situarnos de nuevo
en la luz.
En "Le cabinet de curiosités" se salta el guión, recreándose en
una especie de elegante bosanova no exenta de saudade abrazada por un leve rasgueo
y punteo de guitarra y unos coros como cantos de sirena. Excelente canción
donde los goteos electrónicos ceden protagonismo. Se salta de nuevo el guión...
más bien salta en pedazos con "La chirurgie des sentiments" donde
estalla la alegría pop rebosante de samples.
Los ecos de su maternidad se reflejan en "Moshika Soka" que
comienza y termina con balbuceos infantiles marcando el ritmo y que transita de
forma sincopada en diferentes tratamientos de voz y en "Potron minet"
a penas un esbozo de melodía sin letra en la que los coros de la de Cherburgo
juguetean subiendo y bajando. Para finalizar "L'eclat du jour" otro
paisaje oscuro aunque íntimo, donde otra vez la guitarra se impone.
Exquisitez sonora para una voz importante, a la altura de las más que
evidentes de ayer y de hoy... Françoise Hardy, Nico, Lisa Germano en las
canciones más oscuras... entre la fragilidad y el arrojo.
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