The Damned. Foto: ARF25 Jordi Vidal |
Valoración
positiva la de esta ineludible cita anual, criticada y no sin razón, de
excesivamente repetitiva en propuestas que además llegan en algunos casos
descabezadas de sus carismáticos líderes. A pesar de ello el público respondió
una vez más repartiéndose entre las diferentes propuestas entre el sol
abrasador y la lluvia más impertinente. Contrastes climáticos que viene siendo habitual
a lo largo de las tres maratonianas jornadas.
Buzzcocks incomprensiblemente
estaban programados a una hora demasiado temprana. Si el objetivo era empezar a
atraer público... acierto pleon pues había ya buen ambiente para lo que es
habitual en la tarde del la jornada inaugural. Eso sí, mucha gente no llegó a
tiempo “el confiscador” entre ellos, aunque amigos-colaboradores comentaron que
el voluntarioso y esforzado guitarrista Steve Diggle, no logró hacer olvidar la
voz del ya fallecido y carismático Pete Shelley, y que las
guitarras sonaron más corpulentas que su descacharrante punkarreo original…
Todo ello suplido por un cancionero arrollador y una entregada actitud. Quique González ya “con el confiscador”
in situ nunca ha sido un derroche de
carisma, sus canciones en cambio sí, y eso es lo que hizo en un muy adecuado
horario de media tarde que atrajo a bastantes seguidores, parapetarse en un
repertorio imbatible de aquí de allá “Salitre”
que sonó muy Lou Reed, “Charo”, “Vidas Cruzadas”… y una meritoria adaptación al castellano de
“Is Your Love in Vain” de Dylan para una actuación que dejó buenas sensaciones.
Melissa Etheridge sorprendió con su actitud,
entusiasmo y ¡cómo no! canciones, sonaron sus reconocibles melodías de los ochenteros
con enérgico guitarreo y una vigorosa
voz. Se acercó al AOR en el tramo final de actuación pero con su clasicón “Like
the Way I Do” encendió un concierto de esos de las que no te esperas.
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Melissa Etheridge. Foto: ARF25 Oscar L Tejeda |
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