26 junio 2025

Azkena Rock Festival 25 (20-6-25): JOHN FOGERTY - LUCINDA WILLIMAS - TURBONEGRO - ROBERT JON & THE - WREEK DIAMOND DOGS feat CHRIS SPEDDING - PIL - C.O.F.F.I.N - RECKLESS KELLY

Lucinda Williams. Foto: ARF25 Oscar L Tejeda
 
Reckless Kelly según comentan los amigos del “confiscador” sonaron muy bien, y sin salirse de su guion guitarrero, se mostraron muy solventes en lo suyo: el country-rock en su versión enérgica y también en la más lenta. Public Image Limited Muchísima gente se acercó más por el mito -John Lydon, ex Johnny Rotten/Sex Pistols- que por su música. El citado que llenó el recinto en horario de tarde, lleva un tiempo bastante activo con PIL entregando aceptables discos y ofreciendo muy buenos conciertos como este en el que el punk aparece en su versión arty-experimental y techno-vanguardista y algo industrial. Armas sonoras a las que añade su atípica forma de cantar y su personal forma de moverse y gesticular con los que convenció a los curiosos, no a todos. Apoyados por su multifacético guitarrista que igual atacaba la guitarra con el arco de su violín que los teclados y cachivaches varios, además de una machacona batería. Por supuesto… ¡nada de repertorio Pistols! en una buena y minimalista actuación  más allá del “This Is Not A Love Song”.
 
PIL. Foto: ARF25 Jordi Vidal 


C.O.F.F.I.N
cuentan los colaboradores que los australianos dieron un recital de contundencia punk.rock con deriva hard-rockera aplastante y brutal. Ásperos y rocosos… sin concesiones. Lucinda Williams volvió a responder a la llamada del festival con una emocionantísima actuación en la que aún con las secuelas del ictus que casi la deja definitivamente fue de los escenarios (ya no toca la guitarra y necesita atril para recordar letras) logró mantener vivo un repertorio muy variado entre canciones recientes “Rock And Roll Heart” o “Stolen Moments” con clásicos del pasado siglo como “Car Wheels On A Gravel Road” o “Drunken Angel” y las siempre habituales versiones, que en estos últimos años los discos de tributo han sido su leiv motiv: “While My Guitar Gently Weeps” de George Harrison destacó con la soberbia distorsión, y es que el ex Black Crowes en una de las dos guitarras  (el otro era Doug Pettibone) fue clave a la hora de darle energía a unas canciones entre el medio tiempo rithmanblusero “Essence” y el country brioso “Honey Bee”. Finalizó una vez más con el épico himno rockero “Keep On Rockin’ In The Free W
orld” de Neil Young más vigente que nunca y que bien podría funcionar como emblemática canción representativa del evento. Tras ellos se despidió agradecida y embocinada en uno de los conciertos más sobresalientes de la presente edición.
 
 
Robert Jon & The Wreek. Foto: ARF25 JordiVidal  
Turbonego otro clásico del festival, volvió a liarla con su atractiva puesta en escena. El punk-rock gótico y macarra de los suecos enardeció a los fieles que comentaban si no iba siendo ya hora de que actuaran en el escenario principal algún año. Tras un buen rato de desparrame  había que ver propuestas nuevas, al menos en la cita azkenera, como la de Robert Jon & the Wreek que ofreció un muestrario de manual basado en el rock sureño con ramalazos hard-rockeros de melodías aguerridas y a la vez pegadizas sobre las que volaban enérgicas las guitarras, que sonaron estupendas en una notable actuación como prólogo al legendario “cabeza de cartel”  John Fogerty un mito que sigue muy vivo como demostró ante el abarrotadísimo recinto, y es que el octogenario californiano, acompañado a las guitarras por su talentosa prole, estuvo a la altura de su legado artístico y defendió muy en forma, con coraje y orgullo el repertorio de la Credence Clearewater Revival como bien claro marcaba el psicodélico logo que anunciaba su presencia antes de su parición en el escenario. Tras una intro de lo más familiar proyectada en modo documental sobre su vida, comenzó el chorreo de imperecederas canciones patrimonio del rock con mayúsculas. Imposible citar todas (solo faltó Suzi Q) desde la inicial “Bad Moon Rising” al final “Proud Mary”.  Del material propio, se acordó del “Rock and Roll girls” la un tanto sonrojarte balada  dedicada a su mujerJoy Of My Life” que en el contexto de la celebración sonó emotiva y estupenda y “Rockin’ All Over Tthe World” en un concierto para recordar.
 
Diamond Dogs. Foto ARF25 JordiVidal
Diamond Dogs feat Chris Spedding ofrecieron un nuevo recital de esforzada entrega  y sudoroso rock. Sulo y compañía, además de no ser una banda excesivamente valorada, no lo tenían fácil tras lo vivido minutos antes, pero tablas le sobran y lograron retener a última hora de la noche a gran parte de los que se iban con su rock and roll vacilón, romántico y stoniano... y es que llevaban un as en la manga, las cancones de Macon Georgia Giant su último trabajo en el que rinde tributo a Little Richard, aunque también apostando a ganador con sus pegadizas canciones. No fallaron… nunca lo hacen, ni aun cuando se prestaron con un pintoresco violinista que aportó estetismo más que sonoridad, y a que el bueno de Chirs Spedding con los ochenta años ya superados, estuvo demasiado en segundo plano con su guitarra, aunque se cantó alguna. 

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