Richard Hawley. Foto: ARF25 Jordi Vidal |
Kitty, Daisy & Lewis al mediodía ante un sol ajusticiando al personal incendiaron aún más la Plaza de la Virgen Blanca a base de swing, rockabilly y demás malas hierbas del rock. El trío de hermanos (no tan jovencitos ya) secundado por su padre se divirtieron y divirtieron pasándose sus instrumentos de mano a mano según canciones, para acabar adelantando la caja de la batería al frente para cerrar su a actuación con su canción más célebre el “Going Up The Country” que popularizaran Canned Heat. Richard Hawley ya en horario de tarde, ofreció otro de los momentos inolvidables del festival, sin hacer mucho ruido, se marco una íntima actuación, aun cuñando frente al escenario eran muchos los que venían avisados. Con clase, elegancia y una exquisita presencia escena, tano personal como musical, lo bordo, ya fuera inicialmente con la épica psicodélica de “She Brings The Sunligh”, como con el country distinguido de “Prims In Jean” que tanto recuerda a su compatriota Nick Lowe, con el que continuó para adentrarse cual creíble crooner en su versión atormentada hundiéndose en las profundidades del alma a lo Nick Cave en “Standing In Tthe Sky Eyes”, pero también resurgiendo para tomar aire en su versión más cálida y amable en “Coles Corner”. Entre ambas con su célebre “Tonight The Street Are Ours” se llevó la retorica del pop grandilocuente a su terreno, al igual que hizo con el rockabilly “de autor” “I’m Looking For Someone To Find Me” y es que todo lo que tocó y cantó con su embaucadora voz, lo convirtió en oro. Magnífico.
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The Lemon Twigs. Foto: ARF25 Oscar L Tejeda |
Margo Price hizo
volver a la realidad natural del festival al público con su propuesta country-rock cercano al bluegrass y con
buenas dosis de rithmanblues de excelente ejecución en guitarras y con la voz
luciéndose en los medios tiempos y lentos muy buen country rock. Se marcó versiones de Andrew Comb y Kris Kristofferson ,
para acabar con su célebre “Hurtin’ (On The Bottle)” cuando el chririmiri se
comenzó a convertir en lluvia incomoda que con Manic Street Preachers se convirtió en diluvio,
por lo que los primeros compases de “Motorcycle Emptyness” hubo que saborearles
al resguardo en forma de eco. Más épica a unas canciones que de por sí, ya lo
son. Se atrevieron con algunas canciones de sus últimos e irrelevantes discos,
pero se trabajaron un buen directo con sonido potente y voluminoso, en el que
no pararon de aparecer imágenes y consignas en pantalla. Todo muy
grandilocuente y festivalero, pero efectivo
y avalado por su intachable repertorio clásico. Además James
Dean Bradfield tocó en solitario la pertinente en esos momentos “Rain Drops
Keep Fallin’ On My Head” y comenzó solo también The Everlasting”, aunque luego le acompañó la banda,
para acabar con la inevitable y sensiblera “If You Tolerate This Your Children
Will Be Next”
Cherie Currie se
encontró con la animadversión de buena parte del escaso público que se acercó a
su actuación. El caso es que parece ser que en redes había declarado su apoyo
al gobierno israelí, de ahí que muchísimas banderas palestinas se mostraran
presentes frente a ella y su banda.
Trato de tener palabras conciliadora, pero entre eso, el cansancio de última
hora del último día, unido al bajón post-lluvia, propicio reservar fuerzas. Aún con ello
defendió con vigor y energía guitarrera las canciones de The Runnaways en la
media hora de actuación presenciada pues el resto se
fue para The Hellacopters que en la mitad del horario de actuación
presenciada, ofrecieron una nueva y arrolladora muestra de rock de alto voltaje…
más acelerado si acaso que en otras ocasiones
Metieron el turbo y hasta sonaron más punkarras. Igual iban ya apurando
hacia el final y empezaron con menos empuje… ¡será que no!
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