Esperadísimo primer larga duración de este quinteto originario de las
entrañas más profundidades del interior norteamericano, concretamente de
Nashville-Tennessee, así que ya nos vamos haciendo una idea de lo que nos vamos
a encontrar. Esperadísimo porque con tan solo un par de Eps y una gira europea,
han conseguido despertar la atención de la comunidad rockera. Sus directos potentes
y arrolladores les avalan y el boca a boca ha hecho el resto... la pólvora se
extiende por el Viejo Continente prendiendo con fuerza en nuestras templadas latitudes.
Es este un disco que bebe de las fuentes clásicas, de las raíces, para a
partir de ahí adoptar sus formas menos ortodoxas. Desde el rock sureño de
tintes soulero hasta el blues más oscuro y potente. Entre ambos, rock setentero,
algo de folk, algo de gospel, progresiones de guitarras potentes... sonidos que
van de Nueva Orleans a Chicago.
El disco comienza con "Liar" y enseguida reconocemos la voz ruda y
rugosa de Ben Ringel que no dejará de ser protagonista durante los cuarenta
minutos de duración del disco. También se presentan en dosis pequeñas aún, las armónicas
y coros que acumularan presencia en cortes posteriores. En "Chicago"
dichas armónicas se arrastran pesadamente en un blues oscuro y sudoroso. Es en
la canción que da título al disco "Death letter jublee" donde los instrumentos
crecen, con una armónica trotona y diabólica, unas guitarras que se aceleran, a
la vez que la voz y los coros se desparraman en una alegoría gospel que
va cediendo terreno a ritmos muy rockeros Algo similar ocurre en
"Boggie" otra fiesta en la que se particularizan aires funkies que también
aparecen n "The devil creek"
El lado oscuro aparece en canciones como "Jezzabel" con un sonido
acústico y denso, y en "Out to sea" aunque en esta la acústica tira
hacia el folk y aparecen además de los coros, bonitos arreglos de viento como
también ocurre en "River". "Old man" se arrastra por la
ciénaga hasta salir de ella par adentrarse en un estallido de folk entre la el
establo y la taberna. "Sing to me", Drink it slow" y Jericho
suenan frescas pues a la rotundidad de sus ritmos se imponen los coros
femeninos y las armónicas.
Muchas referencias
bíblicas en letras y titulo de canciones, que denotan conflictos entre el bien
y el mal el cielo y el infierno... el blues como eterno elemento diabólico que
dinamita las tradiciones de la purista sociedad rural de donde provienen, en
una mezcla explosiva de blues, soul, folk, funk, gospel en sus versiones más oscuras
pero potentes.
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