Muchos
años después… demasiados esperando, la banda liderada por el carismático e
infatigable John Dwyer, regresó a la capital. Lo hizo con nuevo disco SORCS’ (Castle
Face 2024), el séptimo con
el ¿definitivo? nombre de Osees tras constantes mutaciones. Curiosamente a
pesar de la expectación, no se llenó la sala aunque si que había un gran
ambiente desde muy pronto en los alrededores… y es que más de uno entró con el concierto
empezado tras comenzar antes del horario marcado.
Eso
sí, las primeras filas no se perdieron nada -ni siquiera los oscuros ritmos psicóticos
de los teloneros Psychic Graveyard-, y ya con Osees en escena… desde el
primer minutos comenzaron los bailes descontrolados y a volar los primeros vasos de plástico… como
si de un concierto de King Gizzard & The Lizrad Wizards se tratase, y es
que la banda no dio tregua con la doble batería alineada en la parte delantera
y en el centro del escenario, martilleando de forma compenetrada y contundente
ritmos drum & punk bass, mientras el citado fortmman escorado a la derecha
de ambos y algo más retrasado se multiplicaba con su guitarra –la misma todo el
concierto- y los teclados, para ofrecer una enajenada sesión de garaje electrónico
y punk de ritmo tribal.
Ente
locuras de su enfebrecido lider que no paró de enredar con el jack de su
guitarra entre los platos de la batería y su propio cuerpo, fueron
enganchándose, seguidos clásicos de su discografía, aunque el sonido fue tan compacto
y conceptual que el repertorio queda en mera anécdota, dominando el estallido
sónico en cada inicio de canción, que iba evolucionando hacía la psicodelia
dura y minimalista de orgánico ritmo motórico… que desembocó en un desbordante
final con una infinita y largada jam en la que Dreyer iba descorchando tapones
de cerveza con una baqueta para refrescar a sus compañeros y a los resudados de
la primera fila, tras ciento cinco minutos de sonido al límite de volumen y
bailes hasta en las últimas filas. Memorables.
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