Kike Babas reúne en esta cuidada edición con bonita portada ilustrada de Kristina González García, buena parte de su obra anterior. Relatos en los que poco hueco hay para la imaginación. "Babas" es un escritor por instinto, impulsivo y directo. Habla de lo que es, de lo que ve y le rodea, de lo que espera y le desespera...y no es la ficción, ¡¡¡ aunque a veces su realidad la supera !!! su lenguaje. Es la realidad cotidiana... la del barrio, la del bar, la de la amistad, sea esta duradera o fugaz. La realidad del trapicheo laboral, menudeo musical y precariedad existencial con su persona como epicentro emocional.
"Jirón" se editó en 2005, y juega en su título con el término que define el desgarro, literal o figurado del cuerpo... y alma, con el termino "gira" en aumentativo con el que se describe sus desplazamiento con las bandas de rock King Putreak y The Vientre de aquellos años. Aquí encontramos los tópicos de la vida en carretera de una banda... pero "Babas" se distingue de una crónica costra más... deja ese poso de reflexión existencial después del desfase... se abre de entrañas sin pudor... cercano... contándote el fondo de todo pues si le lees eres uno más... Anécdotas divertidas y crudas experiencias, las drogas, las fuerzas de seguridad, la fauna del rock, la amistad con sus peleas... pero está ese poso.
"El engranaje de las mariposas" se editó en 2007 y en él nos habla de su hija, lo experimentado cuando aun estaba en el vientre de su madre. A ella le habla y le cuenta la realidad que le va a tocar vivir. Radical voyeur de si mismo, muestra una cruda hermosura (espeluznante desnudo emocional cuando simula un parto), reivindicando su mundo, como lo que es, el mejor de los mundos, el de verdad. Son en estás páginas donde "Babas" se hace importante... te mete en su entraña sin pudor... te hace partícipe... te comparte íntimo y brutal... y ese poso que se torna contradictorio de emociones.
"Días de speed a falta de rosas" se editó en 2009 y en él las drogas son las protagonistas... y los daños colaterales... amigos varaos por el camino... el talego... los despojos vivos. Desesperanza y amargura que no derrota y a seguir pa'lante, reivindicarse. Comprometido y comprometedor hasta el exceso, lo de pasar de puntillas no va con el.
Tras la trilogía encontramos además algunos capítulos dispersos en otras obras. "Bukowskiadas (apuntes de un joven decente)" alegoría de las resacas donde destaca "La ciudad y las licorerías" un inspirado y bello relato que recuerda a la realidad cruda y onírica de Albert Plá. En "Todos los palos" hace un divertido recorrido por la fauna musical riéndose de si mismo en varios de los apartados (taquillero, segurata, fan, periodista,...). Por último y como inédito hasta el momentos aparece "Taxistas y otros humanos (turista en Colombia)" donde por ¡ sorpresa ! no es el protagonista, habla poco para dejar hablar mucho y le cuenten sobre la realidad colombiana.
"Babas", exhibicionista radical de si mismo pero... con ese poso que le hace cercano y sobre todo creíble. Euforia y desgarro... y mucha, mucha intuición
"Por pura intuición, será, a los del manejo de hilos, o a los que creemos que son las manos tras las marionetas, les llamamos hijos de puta y sabemos que acertamos, aunque lo correcto fuese denominarlos ladrones, asesinos y terroristas con causa y conocimiento. Pero a falta de pruebas esta la intuición, y el hijos de puta lo engloba todo. ¡Así de simple! ¡De certeros!"
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