26 junio 2024

BAND OF HORSES - SERYL CROWES - MAVIS STAPLES - PSYCHEDELIC PORN CRUMPETS - ALL THEM WITCHES - WARREN HAYNES - GLEN HANSARD - Π L.T. - THE PICKIN' BOPPERS (22-6-24) Azkena Rock Festival - Vitoria-Gasteiz

Band of Horses. Foto: Óscar L Tejeda

 The Pickin' Boppers en la Virgen Blanca arrasaron una concurridísima plaza con su elegante propuesta instrumental de sonidos fiffty: rocakbilly con mucho swing y rock and roll de taje y tupé. 
 
En horario ya de tarde el regreso de Π L.T. congrego a un buen grupo de gente que entre la lluvia fina y en viaje en el tiempo disfrutó del original emo-metal de la banda donde no podía faltar el coreado himno Hilda Jainkoa.  Sonaron contundentes,  apocalípticos… y emocionantes.
 
Glen Hansard para muchos, fue otra de las sorpresas del festival,  no para otros que iban  avisados. Comenzó con un repertorio íntimo y de medios tiempos folk-pop evocador con el violín junto a su voz como protagonista,  para ceder terreno según avanzaba el concierto a un vibrante rock en el que las guitarras se hicieron con el mando mientras el irlandés se fue creciendo hasta un final punk épico echándose una lata de cerveza por la cabeza. No se olvido de su banda de origen The Frames atacando con garra la emocionante Revelate.
 
Warren Haynes apabullo a base de blues ácido en bucles lisérgicos, pesado e infinitos a veces, que al final del concierto, sorprendió convirtiéndose  en una fiesta instrumental  más propio de una big-band que la del miembro De Gov’t Mule, banda de la que tocó y así lo agradeció el público, varias canciones. Brillante por momentos, oscuro en otros.
 
Mavis Staples a sus 84 años lo habrá ya visto todo, aún así… que pesaría al ver a tanta gente homenajeándola con su presencia en una remota y pequeña ciudad lejos de su casa en Chicago… agradecida ante tanto púlbico y agraciada aún por una voz que hizo sospechar lo peor en un inicio en el que parecía quebrare,  se esforzó y fue entonándose para ir a más y ofrecer un más que digno recital. Apoyada, que no suplantada  en la voz por dos coristas y su guitarrista, se permitió incluso algunos alardes vocales en una actuación en la que se fue creciendo mientras cantaba sentada sorbiendo tragos de una infusión en momentos en que el físico le podía. Una lección de soul y blues de Chicago en la que no faltó recordar a otros grandes: Muddy Water, Koko Taylor, Budy Gay o Howlinn’ Wolf. Valiosa y entrañable actuación para recordar. 
 
Sheryl Crow acaparó los focos de la segunda jornada, con un repertorio en el que las canciones de sus primeros discos fueron los protagonistas. Mejor cuando las melodías  country rock sonaron agrestes y rugosas, peor cuando las mismas sonaron en edulcorada balada country pop… aunque a algún aguerrido punk-rockero se le cayera la lágrima. La de Misouri lleva dentro mucho más que sus conocidos éxitos, pero e apoyó en ellos en excesos y se quedó a medias. 
 
Psychedelic Porn Crumpets derrocharon energía a raudales, su ímpetu juvenil devino en un no parar de psicodelia rock y garaje lisérgico para montar el pogo, como así ocurrió. Puro nervio desbocado en trío de guitarras que… no acabaron de sonar todas como debieran, una lástima porque el bendito embrollo sónico que tenían montado hubiera dejado a más de uno allí tieso. Brutales.  
 
Band of Horses un tanto a contracorriente con lo que estaba soñando en la fresca noche de cierre, ofreció un buen concierto, aunque a Ben Bridwell y los suyos les faltó el carisma de otras ocasiones. Lo resolvieron con un repertorio de aúpa en el que hubo momentos gloriosos, Is there a ghost o la épica final de The Funeral, pero no tantos como requieren unas canciones que merecieron algo más de emoción, como por ejemplo en el cover de INXS Never tears apart. 
 
All Them Witches, fue otra de las bandas que salieron reforzadas... para los que les ya les conocían y para muchos neófitos de la banda que fliparon  con los largos desarrollos, hasta veinte minutos, de viajes cósmicos entre la psicodelia, el stoner, en muro de sonido reforzado por unos teclados de órdago, versátiles y protagonistas, cuando debían serlo, y en segundo plano cuando lo requerían las guitarras. Se crecieron entre la intermitente lluvia entre densas brumas blues y embaucadores en desarrollos lisérgico. Hipnótico y magistral cierre de edición   

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