Nuevo disco del veteranísimo compositor,
escritor y dibujante valenciano. Un artista que se hiciera con cierta popular
entre la escena del pop independiente con su libro-disco ‘Sinfonía de las horas’ (1996) y sobre todo con el imprescindible
‘Entusiastas’ (1998) fantástico disco para paladares sin prejuicios y al margen de etiquetas.
Julio ha
continuado, ya sin el foco del ‘indi’ alumbrando, lanzando discos con diferentes bandas y
colaboradores, siempre del entorno cercano. Fundamental en su discografía es
también el disco Vivir para creer (2010) bajo la firma de Maderita, banda
creada junto a los miembros de Ciudadano. En esta ocasión con Lavanda en la que se encuentran la voz de
Montse Azorín, el bajo de su hijo Lucas o las percusiones de Antonio J. Iglesias
(Dwomo) entre la canción de aire mediterráneo y la canción francesa con
esencias de pop tradicional y rescoldos de bossanova.
Elegantes melodías ‘Jocelyn Ryede’ con los que evocar
paisajes cercanos, estaciones estables, cadencias templadas ‘Sueños emisarios’
sin olvidar lo mundano de la vida rápida la ‘Los hombres prácticos’. Siempre
apegado a la tierra que pisa, al paso del tiempo, a las gentes y sus
costumbres, no faltan por tanto en este disco, canciones que evocan el pasado
reciente de cambios sociales que… parecen perderse en la actualidad era digital
‘Una ensaimada considerable’ La espontaneidad del pop bien arreglado por aquí
‘Visiones’ una luminosa nana por allá ‘Si o no’, el disfraz de crooner más allá
‘Corporal’ o la naturalidad de las melodías claras ‘Las órbitas elípticas’ o
‘Estatuas de piedra’.
Lo complejo de la sencillez se escapa de esta delicada
caja de música donde… las canciones fluyen suaves envolviendo historias que
describen la cruda realidad bajo un prisma esperanzador, el optimismo de un
niño septuagenario.