Afortunadamente aquí sigue y si algo positivo emerge de esta traumática experiencia, ha sido el inicio ¡ por fin ! de una carrera en solitario con su nombre y apellidos. En "Sueños y tormentas " como el mismo dice en la canción que lo abre "Afortunado" Ahora que voy más despacio / Dame tiempo para mi... o en "Curiosidad" Todo lo que he dejado sin hacer / Porque siempre he estado pendiente, de lo demás... el protagonista es él, y lo hace abriéndose emocionalmente, repasando su vida con todo tipo de detalles en las letras y con los sonidos básicos de la acústica y el piano arreglados por un sin fin de sutiles cuerdas y vientos. Un disco íntimo... ¡ y valiente !
Íntimo y valiente... así apareció en esta tibia noche del otoño temprano, acompañado solo por la acústica electrificada y en un par de ocasiones por un saxo soprano. Él solo en el escenario frente a todos... aunque la percepción no fue esa, pues las reducidas dimensiones de la sala, la desnudez del escenario y sobre todo lo que Fino nos contaba entre canciones daba la impresión contraria, la de todos guantos y bien pegados. Consiguió hacernos partícipes, incluirnos en su vida de forma natural, hacernos formar parte de su persona… su familia... y de tan claro y tranparente, como no emocionarse en canciones como "Huellas en el tiempo" costumbrista y explicito homenaje a sus padres. También en "Cien pasos" Tuve suerte, mucha suerte / De tener otra oportunidad / Aquel día me propuse / Empezar una nueva vida...
Pero el futuro está ahí y Fino lo mira de frente pues la actuación sirvió como presentación un nuevo single ¡ en vinilo ! cuya cara A, que significativamente lleva por título "No mirar atrás" y cara B "Calles vacías" sonaron muy rítmicas, además de luminosa la primera y atemporal la segunda. Se despidió agradecido y emplazándonos a próximos encuentros… y de allí salimos... como del salón de casa.
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