27 mayo 2019

TOMAVISTAS (24-519) BEACH HOUSE - WOODEN SHJIPS - CIGARRETES AFTER SEX - TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO - ANGEL STANICH - LOS ESTANQUES - NIÑA COYOTE ETA CHICO TORNADO - Parque Tierno Galván - Madrid


Quinta edición del autodenominado festival para animales de ciudad que crece y se consolida con un cartel que no le tiene nada que envidiar a los grandes. Dos días plenos, con todo vendido en este espacioso parque urbano, con escasas aglomeraciones y de buena accesibilidad, visibilidad y acústica en general, más cómodo y amplio en el escenario principal y no tanto en su escenario secundario (al menos en las actuaciones de noche) estrecho y largo, aunque muy arbolado y con césped a los lados (más disfrutable para los conciertos de tarde). Aún con el riesgo de algún aguacero, que este año no apareció, las fechas son perfectas para disfrutar sobre todo de los conciertos de la tarde, en los que la luz de mayo juega con la escenografía musical.

La jornada comenzó para ECDS a mitad de concierto de Niña Coyote eta Chico Tornado, el dúo donostiarra aceleró la tarde a base de rock crudo y directo surgido del destartalado sonido de su incansable baterista Úrsula Strong y de la frenética guitarra del peleón Koldo Sore, presentando la sanciones de su último disco ‘Aitzstar’ en el que abandonan el inglés para pasarse al euskera.

El escenario grande es un auditorio en forma de teatro griego cuya "orchestra" comenzó a presentar un buen aforo, cubriendo las dos terceras partes en las que la declinación del sol permitía la sombra. Los allí congregados esperaban a Ángel Stanich, que avalado por las buenas canciones de Antigua y Barbuda, país que da título a su último disco y cuya bandera vestía el teclado, y por una banda bien conjuntada, ofreció un notable concierto que inició con "Escupe fuego“ y finalizó con "Mátame camión", destacando además las citadas,  las cadencias templadas y algo psicodélicas  de "Un día épico", "Hula hula" o "Más se perdió en Cuba". 

Mientras la mayoría de la gente estaba viendo a Las Odio, una de los sorpresas del día fueron Los Estanques que a pesar de actuar en el tercer escenario, un pequeño recinto en un extremo de las gradas en el que el sol deslumbraba de lleno a los asistentes, y además de sufrir iniciaos problemas de sonido, ofrecieron un versátil y virtuosas repaso por los sonidos que van desde la psicodelia rock, al free jazz pasado por el pop lisérgico y el funk con asombrosa solvencia, como así mostraron en "Clamando el error" la canción que da nombre a su última referencia discográfica. Muy buena actuación.

Triángulo de Amor Bizarro, en un cada vez más concurrido escenario principal y extrañamente aún en horario de tarde, apabulló con su habitual potencia sónica y aunque presentaron un par de canciones nuevas parecieron ir con el piloto automático, quizás por estirar un repertorio nutrido en exceso de su ya lejano 'Baile sumeria' alargado por el Ep 'Oh Isa'. En todo caso canciones como "¿Qué hizo con ella cuando la encontró?", "Baila sumeria" o "Barca quemada" fueron garantía para solventar una actuación que quizás y dadas las circunstancias podría haber tirado de repertorio escondido u otras hit lejanos que si sonaron como "El fantasma de la transición" o "De la monarquía a la criptocracia" con la que cerraron.

Hubo que hacer un descanso con Cala Vento para afrontar el segundo tramo de la jornada ya de noche, que comenzó en escenario principal con Cigarrettes After Sex y una actuación que no conectó con el público y en el que los texanos tampoco parecieron encontrarse a gusto, el propio Greg González parecía incluso molesto por momentos. Desubicados en una hora y sobre todo en un espacio poco propicia para el susurro de sus melodías, quizás debieron intercambiar horario con la banda gallega que había actuado en el mismo escenario en horario de tarde aún. Por mucho que intentaras encontrarles el momento... no hubo manera, ni en la íntima comodidad que ofrecía el graderío a esas horas. 

La noche la arregló una propuesta que de inicio parecía arriesgada para este festival pero no para ECDS que sigue puntualmente sus últimos directos (el del pasado año y el de hace ya tres). Los californianos Wooden Shjips, viejos conocidos que encabezados por Ripley Johnson ofrecieron un vibrante viaje de reverberaciones en bucle por la psicodelia progresiva, el rock espacial y el krautrock más ruidoso, bien recibidos por un numerosos público en el segundo. Sorprendieron  a los no iniciados con una adictiva dosis de recorridos ascendentes de guitarra y teclados que rompía Ripley con afilados y ruidosos punteos.    

El cartel en sus letras más grandes lo cerró esta noche Beach House y aquí sí, el vínculo emocional se estrechó entre un público entregadísimo y una banda comprometida. Abrieron con "Levitation", pero no cayeron en la tentación de abusar del drema pop sedoso en el que se luce la voz de Victoria Legrand,  aunque tampoco hubiera importado, dando espacio al ruido en las guitarras de Alex Scally en "Whises", pero también en los teclados en "Lemon glow" y la bateria en "Dark spring". Cuidada y efectiva escenografía en el que las luces mantenían a los músicos entre sombras y siluetas distorsionadas, jugando con los colores y  acentuaban su anonimato Las emociones se desbordaron con la catarsis de sonido en que se convirtió "Dive" para cerrar una actuación en el que los propios artistas agradecieron la gran acogida recibida, reflejado en una visiblemente emocionada Victoria. Un cierre de jornada conmovedor.

Con la mayor parte del público en emocionada retirada... difícil papeleta para proyecto de Chaz Bear  que firma como Toro y Moi, que recogía el testigo para que los noctámbulos continuaran con una buena dosis de funk electrónico y divertido a base de ruidosas y efectivas cajas de ritmos que hicieron bailar de lo lindo y para agotar las fuerzas para ver a Digitalism.


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