El
trío londinense, tras dar el salto internacional con su tercer disco editado
este mismo año, el aún reciente Tracey
Demin, aprovecha su momento en tiempos de volátil paso del tiempo con este
nuevo trabajo que toma su nombre de un cuento infantil de Rohal Dahl… y en el
que siguen dando rienda suelta a su creatividad con un conjunto de canciones
que recrean o más bien deconstruyen el sonido de los 90’ de ambos lados del
Átlántico.
Lo
hacen de forma particular, porque aquí hay ecos de rock alternativo o brit-pop
y sonido Madchester incluidos, aunque sin alinearse concretamente con ninguno
de dichos estilos gracias al uso de la baja fidelidad y a las voces arrastradas
que les caracterizan. No eluden además, sin ser post-punk ni psicodélicos, los
sonidos de tono oscuro y algo lisérgicos ‘Hi fiver’, pero se afianzan en
pegajosos riff de guitarras sucias y
reconocible estribillo vocal ‘My little Tony’.
Una caja de sonoras sorpresas,
que ha perdido algo del aire experimental de su antecesor, aunque no del todo
‘Jesly’ es un rithmanblues acústico de aires country y ‘Que surprise’ retuerce
hasta ahogarlas…voces, guitarras y ritmos
Todo
envuelto en un sonido destartalado y en
apariencia descuidado en el que probablemente haya influido la forma en que ha
sido grabado: un estudio casero improvisado en Mallorca ¿compaginado tal vez y
ante tanta actividad como periodo vacacional?
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