Esta
es la novela más larga en la larga y exitosa carrera del escritor británico,
más de 500 páginas, para contar la historia de Roland Baines,
más o menos el alter ego del autor, pues aparecen muchos rasgos autobiográficos reconocidos por el mismo,
aunque la ficción ocupa también un espacio importante en la obra.
McEwan
nacido en 1948 en plena postguerra tras la II Guerra Mundial es un producto de
su tiempo. Su vida avanza en paralelo a la convulsa segunda mitad del siglo XX
(Guerra Fría) y los inicios del XXI (Nuevo Orden Internacional y emergencias
medioambiental): La crisis de Suez en los 50 y la de los misiles de Cuba en los
60, el acenso de Margaret Thatcher y las políticas ultraliberales, la caída del
Muro de Berlín y la crisis nuclear de Chernóbil en los 90 o el Brexit y la
pandemia de los últimos años…
...todos esos episodios de la historia van a moldear, de una forma u otra, en el
personaje y en relación a lo comentado la historia comienza con un adolescente
Roland recibiendo lecciones de piano en un internado británico, al que su
familia “abandonado” tras tener que volver de Libia, lugar donde pasó parte de
su niñez en un campo militar al que estaba destinado su padre.
Es
un libro que trata además del paso del tiempo y la percepción de los recuerdos,
pues Roland Baines se muestra en las diferentes etapas de la vida en estrecha
relación a sus parejas y las circunstancias azarosa que le llevaron a
ellas la profesora de piano cuando él
era un adolescente, con su esposa alemana que le abandonó junto a su hijo (punto de inflexión
a partir del que arranca la serie de recuerdos para intentar explicarse dicha
situación) y finalmente la mujer con la que vivió en la última etapa de su
vida. Es en definitiva una ambiciosa historia que contiene muchas otras,
apoyándose tanto en la macrohistoria como en la microhistoria.
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