El
cinematográfico estreno firmado por los hermanos Cohen, da nombre al dúo
formado por los experimentados guitarristas Javier Colis: Demonios Tus Ojos,
Vamos a Morir, Mil Dolores Pequeños, entre muchísimos otros más, y Juan Pérez
Marina: Leone o L’Exotighost también entre otros. En su segunda entrega
simplemente titulada II (Discos de la Molicie 2023) se unen como fogueada y
siempre fiable base rítmica otra dupla a la altura: los hermanos Adrián y
Sergio Ceballos. Así fue como se presentaron, en formato cuarteto alienado por igual delante
del escenario y sentado. Con las eléctricas seis cuerdas como protagonistas de
un vuelo libre de ataduras estilísticas en el que la imaginación hizo de las
suyas.
Sin
concesiones, comenzaron con una versión extendida de «Besos en el laberinto»,
más de diez minutos de ritmo firme sobre el que las guitarras se recrearon en
efectos de sonido que hacán saltar
chispas de la pedalera de Pérez Marina, mientras Colis trabajaba con nervio el
trémolo de su guitarra entre las que surgían voces como un instrumento más. Rienda
suelta al festín guitarrero sobre el monocorde bajo de Sergio, que apenas
necesitaba de unas pocas notas para asentar junto a la sobria batería de Adrián
todo el entramado eléctrico. Siguió «El Intruso» con Colis en estado puro dando
muestras de su personal sonido poliédrico de punteo afilado y acorde tajante como en «Otro forastero» en la que giraron
hacia sonidos de los 70’ coloreado por las acrobacias de Pérez Marina como
equilibrista de sonidos inverosímiles… o en la breve «Barrocoide», más una
circense y cubista marcha militar que el ornamental estilo artístico que
propone su título y que recordó a las primeras canciones de Mil Dolores
Pequeños.
Recuperó
Colis en versión también alargada «Está muy mal» canción con letra, incluida en
Otra Nube (Nuevos Medios 2009) su tercer disco junto a las Malas Lenguas, con
la buceó en su idea particular del blues: elemental, primitivo, de trazo
grueso, y escabrosa voz entre zarpazos de guitarra... en contraste con la siguiente
«Bejar blues» fronteriza y ¿más amable? También y una vez más alargada, recuperó
para finalizar «Espiral» de su trabajo firmado en solitario Nadie en el Espejo (Luscinda
2018) con la que músicos y público entraron en barrena neurótica y trance
epiléptico…cuyos espasmos hacían casi saltar de la silla “eléctrica” a Colis y
Pérez Marina, enredados en diálogos de guitarra de alto voltaje… para terminar con
un bis en el que Colis comenzó a improvisar ante la perplejidad de sus
compañeros, sobre todo Adrián que incrédulo tuvo que ponerse las pila, como así
hizo para finalmente ordenar el babel eléctrico que, durante una excitante
hora, fluyó licuado a raudales.
Abrió
la noche Berlangãlan una antagónica aunque interesante propuesta individual,
la de Raúl Galán Berlanga, que únicamente acompañado por el sonido de
su sintetizador enlazó en cuarenta minutos sin pausa las diez piezas de Paseo
entre la Niebla, su estreno en solitario. Las imágenes proyectadas de fondo acompañaban
a los diferentes ambientes sonoros… o al revés la música acompañaba al visual.
Una película o su banda sonora. Ambas más bien.
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