Tras el premiada ‘Hierba’ que narraba el drama sufrido las llamadas “mujeres de consuelo” durante la ocupación japonesa de la costa en la II GM, la dibujante surcoreana insiste en denunciar gráficamente y basándose en hechos reales la tragedia ocurrida en su país en buena parte del siglo XX. La guerra de Corea 1950-1953 como marco de referencia, aunque abierto en esta obra a episodios históricos anteriores, como la citada invasión nipona y también posteriores, la división de la península coreana en dos en el periodo de la Guerra Fría.
Partición que
separó a familias enteras, en uno y otro lado de la frontera. En expresivo
blanco y negro y a partir de las entrevistas que la autora realizó a varios supervivientes
(entre ellos su madre), se
reconstruye el trauma de una generación de coreanos, ya casi olvidados, que
todavía hoy siguen esperando un reencuentro familiar con los del otro lado. Profundiza
además en temas universales como la soledad, el sentimiento de culpa, las
relaciones parentales (principalmente madre e hija en relación a la citada
culpa), la supervivencia (tanto física como emocional) en sus diferentes formas…
y como agarrase a ella más o menos dignamente. Historia y conflictos internos
provocados por los vínculos afectivos como elementos recurrentes en su obra
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