En
dibujante madrileño comentaba cuando presentó la obra que cierra la serie
Paracuellos, que por edad, le quedaba ya poco por hacer. Se entiende así el
porqué de esta obra cuyo prologo escrito por él mismo titula ‘Por el purito
gusto’. El maestro se reconcilia con la ardua tarea de dibujar viñetas seriadas
para, por fin disfrutar del dibujo en su máxima expresión. Lo que importa aquí
son las figuras, los espacios, la acción, los detalles y también el color del
que se encarga con talento Carlos Vila.
El guión es la excusa para mostrar su
arte en formato amplio, pues no son
originales sino adaptaciones de tres relatos de Jack London que además ya había realizado
antes para el dibujante Alfonso Azpiri. Historias situadas originalmente en
tierras vírgenes coloniales de inicios del siglo XX, que ahora sitúa en
indefinidos temporalmente confines de la Vía Láctea, lugar habitado por
diversos especímenes humanos y no humanos que visitan ‘El Cementerio de los Olvidados’
una atracción turística guiada por un androide que recorre las tumbas de héroes
anónimos, personajes a los que la historia dio la espalda y por ello no
llegaron a entrar en el recuerdo colectivo… la memoria histórica trasladada al
futuro, inquietud siempre presente en un autor que inventó involuntariamente el
término.
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