Facendera es el concepto referido a un tipo de
trabajo comunitario ya en desuso que moviliza a todo un pueblo con un mismo
fin, realizar actividades necesarias para el bien común. Es además la historia del
hijo de la farmacéutica y la hija de el
de los piensos’, en un anónimo pueblo leonés cercano a Asturias desmantelado
por el cierre de las minas y la central térmica por la reconversión industrial.
Desempleo que afecta a un tejido social desestructurado y polarizado por
envejecidos prejubilados y una juventud desocupada sin oportunidades para
revertir su situación. Una historia de jóvenes en la España más que despoblada…
arrasada, que como vía de escape se aferra al espejismo de la modernidad en
forma de coches tuneados, mientras los adultos alivian similares frustraciones
en peleas y experimentos con gallos. Crónica sobre gente sin futuro que consume
ladrillos como metafórica solución a la deconstrucción moral, lejos del
concepto constructivo asociado al arcilloso término. Ambientado bajo un aire de
nostalgia que matiza la dureza de la situación, en una especie de permanente crepúsculo
lírico, fruto de la vocación poética de un autor que escribe apegado a una
realidad expresada en lenguaje coloquial, en el que el leonés como lengua casi
extinta refleja la decadencia de la zona.
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