Queda comprobado tras llegar en la jornada inaugural del jueves a La Cochera Cabaret, el viaje desde Madrid no permitió llegar a tiempo para ver a Diola y Vulk las bandas que abrían la noche, pero si para ver a la que cerraba la jornada Disco Las Palmeras! los gallegos ofrecieron una enérgica actuación a base de trallazos de guitarra y sintetizador, pero también con envolventes melodías pop que hicieron que el público, sobre todo el más joven, se volviera literalmente loco. La sala se llenó de confeti, bailes, sudor y alegría máxima, la esencia del festival desde el primer día.
El sábado es el día del “pitote”
hay que ir pronto al Paris 15, a la otra punta de la ciudad antes de que empiecen los conciertos, para
ver el desfile de disfraces que alegran el ambiente de la entrada. Público y
bandas disfrazados, algunos realmente originales “Miami Vice” o “el astroanuta” por citar alguno y otros divertidos metidos en su papel “Los
atletas setenteros”o “Cristina Cifuentes” Canela en estado
puro.
Ya en el recinto los valencianos La Plata, vestidos de karatekas calentaron el ambiente con su pop vitaminado y
resultón. Los ampurdaneses Cala Vento, vestidos
de guiris hicieron subieron aún más la temperatura con su rotunda guitarra y
batería y sus coreables y pegadizos
estribillos. Los Punsetes fueron lo más
disfrutado de la noche, Ariadna con su irredento hieratismo apareció vestida de
geihsa y el resto de la banda con kimonos japoneses, apabullaron con las canciones
de su último disco “¡Viva!” que le da nombre “Mabuse” o “Tu puto grupo” sin
olvidad clásicos como “Tus amigos”, “Alferez provisional” o “Dos policías”.
Exaltación suprema del pop y la fiesta… y Ariadna rompió su silencio para decir
que viéramos como el grupo de medusas iluminadas se acercaba desde el fondo de
la sala.
Con los canadienses Fucked Up estalló la furia hardcore y el confeti con su líder totalmente metido en
el papel de animador, subiéndose a los monitores, bajando al foso y finalmente paseando por el público y
cantando como uno más, mientras la marcaba los ritmos más contundentes. Los belgas
It It
Anita jugaron con los sonidos más
oscuros para crear momentos de rabiosa instrumentación y otros de tensa calma,
logrando mantener la energía en un público que lo estaba dando todo desde muy
pronto. Con los valencianos Jupiter Lion las energías se canalizaron hacia los sonidos kraut más psicodélicos y
rockeros para acabar el “pitote” todavía quedaban fuerzas para bailar con Bora Bora DJ’s y su variada selección de canciones.
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