Maikalina Havakovski, o lo que es lo mismo Maika Makovski y Havalina presentaron cada uno, aunque de forma, conjunta sus nuevos trabajos, de título homónimo el de la mallorquina y las "Hojas Secas" el de los madrileños. Una idea original aunque con resultados dispares.
Apareció Maika sola el escenario. glamour despreocupado con un vestido negro con toques de lentejuela, telón negro de fondo y toda la atención sobre ella, su guitarra y su voz en la interpretación de "Devil Trick" con la que se puso el listón alto desde el principio. A continuación se abre el telón y aparece la banda y la luz... primera sorpresa, versión de Neil Young, "Ohio", tras ella rescatará algunas canciones de su primer disco Kradiaw (2005) como "Charming gigolo" o "So far sober" con las que Maika muestra la rabia que la acerca, más que a PJ Harvey (eterna comparación) al Iggy Pop más salvaje. Grandes momentos intercalados con canciones de su último disco conde muestra registros vocales más variados. "Ruled by mars" y "The bastard and the tramp" cierran la primera parte de la actuación.
La segunda, sin interrupción comienza con la aparición de Manuel Cabezalí en la guitarra para unirse a los Makovski en la esperada "Lava love". A continuación van apareciendo el resto de Havalina que se intercambian instrumentos con los músicos que aun siguen en escena. Versión de Depeche Mode "I feel you" y a continaución "Heart piedes downtown", la canción compuesta por Maika y Cabezalí para la ocasión. Los Makovski abandonan el escenario pero Maika aun se queda, ya con el repertorio de Havalina, aportando voces y teclas en "Objetos personales" y "La ley de la gravedad". El experimento, más allá de la mera curiosidad resulto positivo. El público no perdió ojo entre idas y venidas del personal y las canciones sonaron compactas, como una banda consolidada, además consiguieron que el público, bien diferenciado entre seguidores de una banda u otra, coincidieran sus intereses en este tramo de la actuación.
La última parte, ya con Havalina como único protagonsita, cambió totalmente la dinámica del concierto, adiós al desparpajo y el brillo con agilidad, hola a lo metódico, lo oscuro y la densidad. Exceso de ruido, no en el mejor sentido, impidieron que las melodías de las canciones, se perdieran entre muros de guitarra y teclados... más sonido que canciones por lo que las letras se pierden...
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