Después de tres discos autoeditados entre 2007 y 2009, aparece éste su primer disco oficial. Toman el nombre del ensayo que publicara en el lejano 1908 el arquitecto austriaco Adolf Loos, en el que hacía una dura crítica a la decoración gratuita de los objetos cotidianos “una carga para la sociedad”.
Nos encontramos en este "Rompecabezas..." varias canciones de sus anteriores discos, aunque grabadas de nuevo y con arreglos diferentes. Suenan guitarras oscuras que beben de las fuentes del post-rock y los 80', ecos de bandas como La Mode, Alphaville o Derribos Arias (en los momentos más retorcidos), que aprendieron con los discos de Joy División, aunque también de bandas de los 90' como Surfin Bichos que a su vez lo hicieron de My Bloody Valentine.
Sonidos densos pero nítidos, donde las guitarras y teclados toman protagonismo, mientras la voz (profunda y cálida pero demasiado parecida a otras en algunas canciones) se adapta muy bien a cada una de las narraciones. En ellas predominan el desarraigo humano y un aire urbano apocalítico con buena dosis de historia colectiva social reciente.
Casi podríamos hablar de disco conceptual en cuanto a las letras : niños-adolescentes de la transición con carrera universitaria y vivencias varias ahora treintañeros en crisis, con trabajo pero con la sensación de haber perdido algo... y preguntas sobre el futuro.
"Madrid", "Beñat" y "Gore Aste Nagusia" tienen a la capital, a la ciudad condal y a Bilbao como escenario en el que citan referencias concretas, van seguidas y reflejan la realidad del grupo, vizcainos que salen de su lugar para llegar a otra ciudad. Musicalmente cambian, la primera es rock ruidista con ritmos punks, una de las canciones más directas del disco. La segunda es pop oscuro donde mandan los ritmos densos. La tercera es un recitado pop de guitarras en su versión épica.
Pero hay más, suenan influencias menos claras en "Cocaina" o "Plan de jubilación" donde las guitarras avanzan lentamente hasta que al final se imponen de forma progresiva, la primera a lo Yo la Tengo y la segunda a lo Mercury Rev.
"La cita" nos abre a la luz a mitad del disco, las guitarras resplandecen y se imponen a las sombras. "Canción de la muerte" es pausa y medida con la voz en primer plano, otra buena canción con el inconveniente de evidenciar en exceso su influencia, la de Nacho Vegas, no como en el resto de canciones donde las referencias son más sutiles.
Abre y cierra el disco dos canciones que marcarán el mismo, "La policía" un sonido de ritmo muy marcado y arreglados y una historia trucluenta que embauca como una película de suspense y "El Madrid de los Austrias" un sonido amable y una historia irónica (se supone) sobre los héroes patrios.
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