Absténgase los acomodados a las habituales peripecias de su superagente favorito. Esto en un documentado ensayo para seguidores de la saga que buscan algo más que acción cinematográfica, y que encontrarán precisas y detalladas respuestas, evidentes algunas pero sorprendentes otras, sobre los contextos por los que ha transitado Bond durante más de medio siglo y cómo ha evolucionado desde su origen, la novelas de Iam Fleming en plena Guerra Fría y su posterior filmografía desde 1962 hasta los cambiantes y complejos órdenes internacionales contemporáneos.
Orígenes ideológicos que el autor sitúa en el periodo victoriano decimonónico y que es sinónimo de imperio asociado a la explotación colonial y a una marcada identidad británica -clasismo, masculinidad o ética del trabajo - y una estética que va mutando según la globalización avanza y Bond utiliza trajes, móviles y automóviles de prestigio pero, continentales.
Se funden historia y ficción entre el pasado y el presente reivindicando la nostalgia mientras lo inglés se apodera de lo británico y ahí es donde entre en juego el BREXIT como idea nostálgica del antiguo imperio, en el que Bond representa los fenómenos colectivos frente al individualismo antieuropeo representado por el antagonista villano de turno. Pero hay mucho más: la masculinidad del 007 o las relaciones de género, tomando en este caso la interpretación de la canción principal de cada episodio como ejemplo. Alicia Keys y Jack White como único dúo chica-chico en 25 entregas.