La
añorada banda de Filadelfia, se ha vuelto a reunir gracias al empeño de Heart
of Gold, su promotora española, con los que giraron en el momento de máximo
esplendor de la banda entre en la primera década del milenio. Directos
incendiarios y unanimidad de crítica (sobre todo internacional) y público les
hicieron tocar el cielo hasta… caer en el infierno por desavenencias internas
principalmente.
Regresan
“de momento” con la única intención revivir viejos momentos entre amigos y para
ellos Dave Bieldando ha recuperado a buena parte de los músicos originales de
la época dorada del grupo, aunque sin su hermano Serge, que ha decidido
dedicarse a la escritura y abandonar las giras y la música... pero con Dave
Petersen en la batería y Adam Garbinski al bajo junto a Slo-Mo Brenner al slide
con la incorporación de Gus Tritsch al violín y guitarra que a sus poco más de
veinte años aportó frescura y juventud renovada a la banda.
En
su cita madrileña, cabía esperar lleno antológico, pero la sala minutos antes
del inicio sorprendentemente mostraba un aspecto bastante desangelado… comenzó
el concierto y la sala se fue llenando, pero nada similar a las míticas noches
de gloria y descontrol recordadas por los que allí andaban.
Comenzaron
con un buen arsenal de canciones emblemáticas, las que aparecían en el aclamado
Kids in Philly, el disco que les puso en órbita en el 2000. Guitarras enérgicos
y sincopados muy bien armados desde la base rítmica. Garbinsky habitual de la
guitarra agarró esta noche el bajo. Un acierto pues junto a Petersen en la
batería sostuvo con sobriedad y nervio la
actuación. Fue fundamental la labor de ambos como veteranos, pues estas
reuniones sorpresivas son un arma de doble filo como no funcionen desde la
base. No fue el caso de esta noche en la que ‘Christmas St’, ‘Barstool Blues’
(curiosa pero no mejor con las cuerdas del violín en lugar de las de la
guitarra), ‘It´s Only Money, Tyrone’, ‘My Heart is The Bum on The Street’ y
‘The Catfisherman’ todas de dicho disco sonaran engrasadas y pusieron al
público a bailar.
A partir de ahí fueron menos
condescendientes con el repertorio, lo que revalorizó una actuación que no cayó
al no caer en la lista de innumerables “éxitos”, muchas de las esperadas no
sonaron, además adoptaron tempos más pausados: medios tiempos y baladas con el
virtuoso Gus ejerciendo de violinista. Así fueron apareciendo entre otras ‘Sure
Things’ (del recién reeditado en vinilo 20,000 Streets Under The Sky) y las
emocionantes ‘So What If We're Outta Tune (with the Rest of the World)’ o ‘City
of Dreams’ con Dave sólo en el escenario con la acústica, al que se fueron añadiendo
la slide y percusiones.
Se lanzaron de nuevo por todo lo
alto y nunca mejor dicho, con Dave subido a los monitores en ‘Limb’ que sonó a
jolgorio tabernario irlandés para rematar con ‘Faraway you’, ‘Point Breeze’ y
‘Santos de Madera’ y acabar en breve bis con “This Time”, o “Fever”. Nostalgias al margen, y lejos de los
desmadres de sus pasadas visitas, ofrecieron
una muy buena actuación, defendiendo más que dignamente lo que fueron, y
lo que quieran ser… que a Dave se le ve con gana. ¡Veremos a ver!
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