El
trío de Hoboken New Jersey es junto a sus vecinos los neoyorkinos Sonic Youth,
la banda más influyente de rock alternativo norteamericano de los noventa. Más longevos
éstos con diecisiete discos de estudio en casi cuatro décadas de existencia y
aun en activo, todavía tiene la capacidad de… si
no sorprender (han transitado por todo de sonidos imaginables dentro de la
coherencia que como banda siempre les ha caracterizado), si hacer disfrutable
su nuevo trabajo, que como su nombre índica, muestra en sus letras una visión pesimista, pero
realista, de un mundo cada vez más ingrato y menos civilizado en aldea global
de conflictos sociales, políticos y económicos conocidos.
Ira
Kaplan, Gergia Hubbey y James McKnew musicalmente, recuerdan quienes son
como banda, de donde vienen: del inconfundible traqueteo tártrico de ‘Sinatra
Drive Breakdown’ y la pulsión motórica de ‘Tonight's Episode’ o el guitarreo
ruidoso de ‘Fallout’ y ‘Brain
Capers’ aunque siempre diversos… siempre lo han sido, con mayor acierto que
desatino, como es el caso, nos indican que se gustan adentrándose por sendas
laberínticas en oclusivos y minimalistas ritmos psicodélicos en la canción
titular del disco ‘The Stupid World’ que cohesiona el conjunto en cuanto a
letras y sonidos.
No
es novedad tampoco que se adentren en los terrenos del crepuscular folk-blues en
su versión menos convencional: dominado por envolventes percusiones y precisos
arreglos en la íntima ‘Aselestine’, con
Georgia a la voz o en ‘Until it Happens’
con Ira en el micro que destaca además en melodías oclusivas como ‘Apology
letter’ o el intenso viaje onírico que cierra la serie ‘Miles Away’. Nunca
fallan.
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