La nueva
oleada post-punk continúa inundando los barrios londinenses, revitalizando su
sonido con un estallido de guitarras inmediatas y cortantes. Las reflexiones y
demonios interiores ahí siguen, pero se purgan en colectivo, con rabia punk, aunque
sin alejarse del drama introspectivo. Tras su desapercibido estreno el pasado
año, la banda liderada por Charlie Drinkwater transita en esta segunda entrega
por vías intermedias aferrándose al canon oscuro… en su versión escabrosa,
«Bury Me In My Shoes» evoca a The Birthday Party del más histriónico Nick Cave,
pero agarrándose también a los nuevos axiomas: recitados cortantes y repetidos con
los instrumentos cediendo espacio a la voz, salpicados de estruendo guitarrero
entre el reposo y la vehemencia: la antes citada, «One Easy Things» o
«Unravelling». La proclama, pide paso
como pausada arma intima «Limehouse Cut» o «The Happiest Place On Earth», pero
pierde fuerza ante el empuje de la vía intermedia «My Other People» o «I Am
Safe Here»
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