Breve historia entre el realismo y la ficción.
En cuanto al primero, porque las descripciones de espacios, lugares y tiempo,
son minuciosas, los hechos ocurren en la actual Ribadesella (lugar de
nacimiento del autor), que los protagonistas recorren nombrando los lugares tal
como son y existen. En cuanto al segundo, porque ocurren hechos sobrenaturales,
contados ¡eso sí! de forma natural, como si ocurrieran todos los días, así
sucede con la aparición de luminosos objetos no identificados en dicho
población.
Las personas protagonistas se mueven entre dicho realismo y ficción,
más bien misterio, pues los retratos psicológicos de Jon y su pareja Katerina,
no quedan del todo perfilados, no se muestran sus intenciones o inquietudes
interiores. Igual ocurre con Markel,
supuesto pariente lejano de Jon que junto a Virginia llegan de visita
inesperada a la casa de la anodina pareja. El incomodo inicial se torna en
atractiva presencia pues les sacan del tedio y la rutina hasta que inquietantes
actuaciones generan duda.
Suspense bien administrado en dosis progresivas con
la intención de reflexionar sobre la incomunicación en la pareja, las decisiones de la vida adulta, los
recuerdos de infancia, la familia… de lo real y de lo ficticio, en los límites
de lo explicable... o de o inexplicable.
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