Retrato de las complejas relaciones de pareja llevadas
aquí al extremo pues los protagonistas se enfrenta con la enfermedad terminal
de ella. Más allá de la dolencia física y psíquica, el trágico suceso hace
despertar a los implicados ya que contradictoriamente la cercanía de la muerte
parece insuflarles vida tras años de relación estable y convencional… pero anodina.
La toma de decisiones inevitablemente apremia, por lo que se expone intensa,
aunque a la manera nórdica, mirando directamente a Bergman, actualizando su
visión sobre la muerte y la forma en que condiciona las relaciones de los vivos
antes aún de que actúe la de la guadaña. Más que un futuro sin la madre o
pareja, hay que ajustar cuantas con un pasado de tinieblas.
El dramón funciona y emociona sin sensiblería, apoyado en dos férreos protagonistas. Inteligente visión de esta arriesgada historia, contada en interiores en un limitado espacio de tiempo, un día antes de navidad hasta dos después de año nuevo, en el contexto de una urbe fría pero eficazmente iluminada, y en el que los silenciaos y miradas se imponen a los diálogos, salvo en los lógicos momentos de desesperación de ella (contenida a lo largo de la cinta) y en las asépticos y muy certeras conversaciones con los médicos de la ultracivilizada sanidad noruega.
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