Cuarto
disco del anglo-mallorquín afincado en Barcelona que conocimos en los lejanos
años 90’ con su banda The Tea Servants. En el contexto de la explosión de
bandas independientes que llenaron de ruido el panorama musical del momento,
Steven aportó su modesto pero muy personal legado que ha continuado en solitario
a lo largo de las sucesivas décadas.
Presenta
ahora junto a The Miracle Band un conjunto de coloridas canciones pop para hacer
volar la imaginación. Brillantes arrebatos
de guitara y teclados, desarrollos crepusculares no exentos de luz e
irresistibles melodías que se elevan por encima de lo terrenal.
Entre
los primeros destaca la que abre el disco “Trust” moviéndose entre los ritmos
sincopados de Talking Heads y las melodías del Bowie más bailable y hedonista,
entre los segundos la cadencia lánguida de “Paint your truth” o el trote ascendente
de la rebosante y pegadiza, que no pegajosa “Creation”. Melodías atemporales e
íntimas en la épica cabaretera de “She talks about the weather”, la despojada
lírica de “The sun and the moon” (con guiño a Wilco en el punteo) o la intrigante y sedosa canción que titula el
disco.
Excelentes
melodías y exquisitos arreglos corales adornan con muy buen gusto las
canciones, sin caer en desmesurados excesos, como “Peach” una delicia en la que
voz y coros aportan un curiosos y
efectivo contraste entre ellos y las guitarras acústicas y eléctricas, para
lograr un estribillo confortable y optimista que recuerda a las acogedoras
tonadas de Burt Bacharach.
Alegre
desconcierto para cerrar de la mejor manera el disco con “Brazil”, un desatado
y dislocado funk discotequero de aires circense con los que se hace imposible
no moverse. Todo ello envuelto sugestivamente por el gran Oscar San Martín,
encargado de la portada.
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