No se anda con rodeos el dúo de guitarra-batería en su primer largo y en 22 minutos se despachan 10 latigazos de revival garagero con riffs infecciosos y batería cavernícola de ultratumba. Epítetos propios de bandas como Fuzztones o Cramps, de las que beben, pero que regurgitan desde su interior y lo lanzan cual escupitajos de rock macabro y enérgico protopunk no exento de melodías.
Así «Desfase» en sus no más de tres minutos suena a The Stooges, Desechables y ¡Obús! y bien a gusto que se quedan. Se hunden en las profundidades de la charca en la oscura «Doña Furia» para escapar de la ponzoña chapoteando con la electrizante «Huesos» y así aferrarse a la orilla.
Eso sí, con restos de barro adherido a la piel en forma de contundente hardrock «Paralizado» e incluso briznas surferas «La llamada de Cuthulhu» (monstruo creado por H.D. Lovecraft que habita en las profanidades marianas). Letras que hablan de rabia, destrucción y muerte con claro trasfondo existencial, pero divertidas a la vez.
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