Nueva edición de este pequeño festival que sigue apostando por las bandas
más novedosas o menos conocidas del panorama alternativo, aunque en esta
ocasión incluyen algunas propuestas más consolidadas... a una ciudad que
no está sobrada de directos, peo que poco a poco se va situando en el mapa
sonoro.
Los encargados de abrir la jornada del viernes noche fueron Aullido
Atómico, trío valenciano con cierto recorrido ya. Han grabado tres discos y
el último 'Decadencia' fue el protagonista de un repertorio que sorprendió por
el desparpajo a la hora de interpretar unas canciones que fusionan rock
primitivo y destartalado con punk ágil... y fresco, de un abanico... no de
cristal que diría el gran Kiko Veneno, sino de referencias sonoras de los 80'
más informales e irreverentes. Sobre el cochón de una sección rítmica básica, sin
artificios, pero contundente, Don Rogelio se recreó con su guitarrista y puso
voz a unas canciones muy personal.
Crítica inteligente y no exenta de humor ¡ por qué no! jugando con los
dobles sentidos en "Fuego y semen" tiraron de nihilismo en "Coca
cola Revolution" y de dadaísmo en "Estereotipia (Dedicada a Rómulo el
rinoceronte del Zoo de Valencia). En "Imagen del extrarradio" nos
contaron quiénes son y de dónde vienen y en "Bandolero" o "Sueño
recurrente" se lucieron en los coros. Presentaron algunas canciones de su inminente
nuevo disco, como las ácidas crónicas urbanas de la oscura
"Valenciocracia" y la un tanto discotequera "El caldo nacional"
para dejarnos una gran sonrisa en la boca.
La jornada doble del vienes la cerró Hendrik Röver con sus Deltonos.
Veteranos supervivientes de la escena rockera, La banda dirigida por el
cántabro parece apostar de nuevo por su banda de toda la vida... después de algunas
andanzas en solitario y proyectos varios. Prolífico como nunca vino
cargado de un buen montón de canciones a las que añadir las de su último disco
“Fuego".
Sonaron sólidos y bien rodados, moviéndose por las diferentes sendas del
blues rock potente, pero con un aporte melódico que no dejó de estar presente a
lo largo de la noche... ese inconfundible sonido suyo tan particular que
adornó los aires country de "Cazador" áridos de
"Vergüenza", sureños de "Águila", ritmanbluseros de
""Correcto", hardbluseros de "Fuego" o souleros de
"Doctor”, todas ellas del disco a estrenas. Rock por los cuatro costados
sin olvidarse de viejos clásicos de blues bailables como "Listo" o
"(Soy un) hombre enfermo" esta última sonando con mucho beat.
Noche de contrastes con dos propuestas, en principio diferentes... frescura
y solidez y viceversa, pero no tan alejadas en esencia y que se complementaron
para cerrar una atractiva y disfrutable noche.
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