Un par de años después de su última aparición por Madrid. Ripley Johnson y los suyos volvieron con nuevo disco
'V' en el que predominan los ritmos más... ¿sosegados?, un relativo respiro en
estudio que no en directo, pues los de San Francisco equilibraron el repertorio
entre varios de sus discos (no realmente muchos en quince años) sin centrarse
especialmente en el nuevo.
Eso sí, el despegue se produjo con "Eclipse" la que abre el nuevo
trabajo y que sirvió como ejemplo en el que se apreciaron las distintas
pistas por las que las que íbamos a planear en este viaje, principalmente la
psicodelia lisérgica de los sesenta, aunque tomamos algunos desvíos por sendas
paralelas como la psicodelia progresiva, minimalista o el space y krautrock. También
de las nuevas sonaron un "Ride on " fantasmagórico y una balsámica
"Staring at the sun" Ente las que se intercalaban momentos en los que
poner a prueba los turbocompresores en "Other stars" y
"Ruins" que sonaron hipnóticas y lacerantes.
No tuvieron que echar mano siquiera de gasolina extra, dejándose en las
bodegas para próxima ocasión material inflamable como "Back to land"
o "Everybody knows", pero si recuperaron combustible antiguo pero en
buen estado como "For so long" o "Motorik" que sonaron
opresiva y abrasiva respetivamente... para acabar aterrizando de forma plácida
con "These shadows"
Pero este viaje sonoro no sería completo sin una puesta en escena adecuada,
por lo que los californianos cuidando los detalles apreciaron entre sombras,
con sus siluetas recortadas en negro y delante de un enorme visual que
proyectaba figuras geométricas moviéndose repetidamente y cambiando de color...
se podía ir la mente del audio a la imagen y viceversa sin perderse en un viaje
cuya nave supo sonar con los decibelios altos pero sin turbulencia. Embriagados
de luz y sonido accedimos hacia las puertas de salida deseando volver a viajar
con este comandante y su tripulación.
Previamente los valencianos S U F R E habían sorprendido con una apuesta entre el krautrock y postpunk con derrapages hacia el rock industrial oscuro. Con dos batería en el escenario, sonaron rotundos, primitivos en ocasiones, pero también oclusivos y aguerridos cuando estallaban las guitarras.
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