Tras la vuelta a los escenarios y al estudio de grabación (con su
posterior gira) de Los Enemigos, Josele retoma su carrera en solitario con nuevo
disco. Seis años después, el imaginario sonoro y narrativo del madrileño sigue
consolidándose sobre la base que le han hecho reconocible... y valorado como
uno de los mejores compositores en castellano de los últimos lustros.
Por un lado, canciones desnudas únicamente defendidas por su cada vez más convincente a la vez que gastada voz, y acústica con algún pequeño añadido de piano a o punteo
eléctrico: la negra épica de "Un guardia civil", la plegaría pop de
"Ángel" o la sinuosa y evasiva "No se equivoca el mal". Por
otro esa naturalidad castiza y sin prejuicios directamente imbricada en sus
orígenes blues-rockeros de la Malasaña canalla ochentera que le vió crecer: la enérgica y
sincopada "Prestao", la circense y chispeante "Como reír" o
la vacilona y punzante "Ovni viejo". Entre unas y otras, esos característicos
medios tiempos entre el rithm & blues clásico y el pop personal: la
cadencia soul de "Magia negra" o el viraje melódico de "Que
hable el sol"
Algunas sorpresas como la inclasificable "El bosque" probablemente
todo lo descrito anteriormente concentrado en una única canción, o
"Saeta" un crudo arrebato que bien podría haber firmado como Los
Enemigos, y es que es el mismo protagonista el que dice que a la hora de
componer, no distingue entre la banda o para sí mismo, es el estudio y la producción
las que hacen el resto.
Erre que erre con su desaliñada prosa, algo más explícita en este nuevo
disco, pero una vez más, fiel a esa libre interpretación a base de pinceladas,
brochazos, destellos, flashazos... no exenta de ironía callejera de raigambre
popular. Rima a rima, acorde a acorde, canción a canción... y Josele sin prisa
y con poso... a lo suyo, las canciones...las de siempre pero nuevas... más nuevas...
más mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario