Sonorama crece, año a año y de forma controlada, pero se va haciendo cada vez más inabarcable si se quiere disfrutar de los interesantes conciertos y divertidas sesiones dj del mediodía y la tarde en el bullicio festivo del centro de Aranda, y de los conciertos del recinto exterior de noche… y de madrugada. Imposible abarcarlo todo, así que esto es lo que El Confiscador de Sonajeros vió.
Lastima el jueves no llegar a Niño de Elche, en un
horario poco digno para una de las propuestas más impactantes de este año, así
que el inicio de esta crónica comienza con Ricardo
Vicente en el escenario pequeño, el zaragozano presentó su último disco “Hotel
Florida” demostrando un nivel compositivo en cuanto a melodías de voz y
guitarras merecedoras de mayor audiencia. En el escenario… él a lo suyo, a
interpretar excelentes canciones para
minorías selectas interesadas en artistas duraderos y de verdad al margen de
modas y tendencias. Las canciones de Ángel Stanich, sobre todo las más
emblemáticas, parecieron perder fuello por el excesivo desgate sufrido estos
dos últimos años de no parar, sonaron correctas pero en modo automático.
El Dúo
Dinámico se presentó como pioneros del “indie” en España ¡en fin! decir
simplemente que el repertorio de clásicos que interpretaron durante la primera
media hora suficiente para esta crónica), sonó muy estándar, como si las
estuviera tocando y cantando cualquiera… mientras, volviendo al escenario
pequeño nos encontramos con “indies” de verdad, los madrileños “Tigres Leones”, guitarras destartaladas y baterías sincopadas que sonaron a ratos
básicos y rotundos en otros momentos complejos y melódicos…en ambos casos al
servicio de unas letras irónicas y lunáticas.
Llegó el momento para 091 y su “Maniobra de resurrección”, el regreso a los escenarios de
los granadinos casi veinte años después de su último concierto. Aparecieron
de impoluto negro sobre el escenario, bien plantaos y con pocas palabras, las
adecuadas entre canción y canción sin caer en la condescendencia. Guitarras sobrias y rotundas a la vez que
elegantes, con un repertorio
incontestable. Auténtica lección de rock.
Triángulo
de Amor Bizarro comenzaron pasados de decibelios
(confundiendo velocidad con volumen),
una vez solventado, se mostraron arrolladores una vez más, aunque con algunas
de las canciones de su último disco “Salve discordia” levantaron el pié del acelerador para demostrar
que se pueden mover por otras sendas más densas y vaporosas. Apabullante y buen concierto, aunque mejor en
las canciones que cantó Isa.
Terminamos la jornada con Molotov y su viaje a los locos 90’, década en que cimentaron su reputación en España con aquel
“¿Dónde jugarán las niñas?” en el que basaron su repertorio. Se manejaron a la
perfección en el escenario con constantes cambios de instrumento entre sus
miembros y ofreciendo un apreciable revival de rock, metal, funky y rap que
contentaron a un entusiasta público.
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